| I-D: Moni, Yo, Claudia, Rosy, Lupita, Nati, Hosladys, Margarita, Diana, Susana. La foto la tomó Toño. |
Llegamos a Madrid, recuperamos nuestras mochilas que iban en la bodega, y salimos al terminal 3 del aeropuerto de Barajas. Entre las cabecitas que buscaban personas que salían, estaba Monica! Que había ido al aeropuerto con Hoslaidys, la ilustre participante de Cuba, que ya había llegado hacia un par de días.
Gracias a nuestro atraso, ya habían llegado Margarita y Diana, provenientes de Bogotá, y ahí estaban esperándonos. A mí lo de reencontrar gente me emociona muchísimo, como se nota. Margarita, amiga también del AHE en Brasil y nos habíamos visto un par de veces en Colombia durante estos 2 años, Diana era nueva, ellas claro, traían todo el cansancio del viaje, Susana y yo, en cambio, y a pesar del atraso, no teníamos ninguna diferencia de horario, así que fuera de no haber comido y de que se acercaban las 3 de la tarde, estábamos frescas como lechugas. Teníamos que esperar la delegación de México aún, de la cual sabíamos que venía un hombre, una monja y tres chicas. Luego de un rato aparecieron: Rosy, Lupita, Toño (hermanos los tres), Natalia y Claudia.
En medio a semejante grupo, con un buen volumen de equipaje, nos dirigimos al metro de Madrid. De Barajas T3 teníamos que ir hasta Colombia, nada más y nada menos, a casa, y de allí hacer trasbordo para ir a Barrio del Pilar. De la estación de Barrio del Pilar hasta el colegio de la compañía, una pequeña caminada. Y allí esperar que nos trajeran las llaves para abrir el colegio donde pasaríamos la noche. Mientras tanto nos fuimos conociendo, conversando, divirtiéndonos. A mi cuando estoy en medio de estos grupos la sensación que me dá es que es todo surreal, es difícil de explicar. El caso es que para cuando llegaron las llaves cada individuo allí tenía 3 o 4 nuevos amigos. Madrid nos recibia además calurosa y asoleada, se le habia llegado el verano en nuestra ausencia.
Dejamos las cosas en el colegio, cogimos lo esencial, y hacia lo que eran las 6 de la tarde salíamos en dirección a la Vaguada a almorzar (por cierto eso requiere explicación aparte). Cuando salimos iban llegando los Albaneses! Casi que con mímicas nos saludamos. En la Vaguada comimos en Vips la primera de muchas veces (nada como estar con gente que sabe, en nuestra primera estadía en Madrid hubiera sido de mucha utilidad conocer Vips), primer plato, segundo plato. Luego de saciada esa primera necesidad, todos querían comunicarse con casa, así que fuimos en busca de formas de que pudieran usar sus celulares allí. Susana y yo queríamos ponerle créditos a nuestro Vodafone que nos había acompañado fielmente en el viaje, pero al fin no lo hicimos. Lo de los teléfonos nos dio algo de trabajo. Al fin fuimos a Alcampo donde algunos tenían que comprar parte de lo que se había pedido para toda la aventura que comenzaba, nosotros por ejemplo, habíamos recibido la lista ya en viaje, y para esa misma noche necesitábamos un saco de dormir, y esterilla. Porque se habia terminado la temporada de camas, sofacamas, camarotes de hostal y catres, pero aun no sabíamos. Ademas compramos platos y cubiertos desechables. Y ya más que muertos del cansancio partimos al colegio, ya eran casi las 10 de la noche. Yo todavía quise ir a la casa donde estaban los demás (los de estados unidos, etre ellos Sandra y Leti, de AHE 2009 y las monjas) para usar internet y poder mandar un mensaje a casa de que no habíamos perdido ni trenes ni buses ni aviones y estábamos sanas y salvas en Madrid con el grupo, y ahora estábamos en manos de AHE, Magis y de la JMJ. Sabía también que la comunicación en adelante sería más difícil, y seguir con el diario igual, entonces me despedí provisoriamente (Metz y reticencias (29/07/11)). Mandé señales de vida de los mexicanos también, que al fin no habían logrado lo del movil.
Y ya, completamente rendida, volví al colegio donde ni el calor que hacía, ni el piso duro me impidieron de rápidamente quedar profunda. Había sido un día agotador. Y lo que venía tenía toda la pinta de ser genial e igualmente intenso. Al otro día ni más ni menos salíamos hacia las 9 al centro de Madrid.
..................................
*Almorzar: para los latinoamericanos corresponde a la comida fuerte cercana al medio dia, ya para los españoles corresponde a un algo suave también cercano al medio dia.
Comer: Para los españoles seria lacomida fuerte, y es hacia las 2 y 30 o 3 de la tarde. Para los latinoamericanos en cambio comer es lo que se hace por la noche
Cenar: es la comida de la noche para los españoles, también significa eso para los latinoamericanos, pero no se usa muy a menudo.
Esto es importante porque nos demoramos un rato para captar la idea, y se pueden imaginar el tipo de enredos cuando unos dicen comida hablando del almuerzo y otros entienden que se habla sobre la cena, y en el sentido contrario también. Así que para el relato usaré la forma española: Comida y cena, porque al fin de cuentas tardé un poco, pero acabé por adoptar el código. Me produce mucha gracia este tipo de líos, dentro del propio idioma. “¿Que tal ha sido la comida? No hemos comido, es muy temprano. Pero si acaban de comer ¡Que no, que estábamos almorzando!”