Wednesday, August 8, 2012

Juana Compañera

Burdeos

Los siguientes dos días (3, 4 de Agosto) en Burdeos luego del día que fuimos a La Mothe y Landirás siguieron en plan de conocer todos los sitios por donde pasó Juana. Pero a estos fuimos a pie, por lo que por un lado, nos integrábamos más, ya que entre lugar y lugar teníamos la oportunidad de conversar con otras personas, por otro, nos cansábamos mucho más. Fueron dos días bastante intensos.
Casa Paterna
Fuimos a la casa paterna, donde Juana pasó su niñez al lado de su madre protestante, y su padre católico, la hija mayor del matrimonio Lestonnac. Es increíble poder ver aun hoy la misma casa con las iniciales de esa familia en los balcones. Fuimos a la catedral de Burdeos donde descubrí donde quedaba Albania (si, que pena, no tenía ni idea) porque había un mapa, y le pregunté a Dardan donde quedaba y me señaló. *.*
 Fuimos la iglesia de San Eloy, que está al lado de un portal con un reloj, en donde tuvimos que entrar muy muy callados, porque ahora la manejan unos curas de rito muy conservador, en latin y de espaldas al público, y entramos cuando terminaban la misa, aunque fuera el padre y el monaguillo no había nadie más. Esta es una de las iglesias más antiguas de Burdeos, que es posible que Juana frecuentara. También fuimos al museo de Aquitania, la región donde queda Burdeos, y había objetos en memoria de Miguel de Montagne, tio de Juana e inventor del estilo literario ‘ensayo’, y también del obispo que aprobó la orden.
Collete contando....
Visitamos la iglesia de San Pablo, la iglesia de Santa Eulalia y el primer colegio-convento de la Compañía de Maria en la Rue du Hâ. Todos estos sitios o fueron escenario de el paso de Juana. Algunos mantienen sus funciones, como la casa, y las iglesias, aunque claro, con las debidas actualizaciones. Otros han cambiado de función, la iglesia del colegio de Rue du Hâ se volvió un templo protestante, mientras que el colegio se volvió un club de los militares. Aun así, ir permitió sentir más de cerca la historia, y sobretodo vimos varias imágenes de Juana y de la Virgen. La Virgen a la que le oraba Juana, la Virgen del Colegio, Juana con la niña, Juana en la catedral. Y así efectivamente sentíamos que íbamos con Juana y con María al encuentro del mundo.


La historia nos la iba contando la madre Colette, y lo hacia en francés. En algunas ocasiones colaboré con la traducción, lo que no es muy sencillo. Recuerdo algunas veces que la impresión de lo que contaba Colette me impidió de pensar rápidamente en las palabras adecuadas para transmitir en español. Como cuando contó que el ejército de Napoleón sacó el cuerpo de Juana de su tumba y lo desfiló por toda la ciudad incrustado en una “fourche”, que es como una especie de tridente, o rastrillo. Yo entendí, pero casi no logré encontrar la traducción. También me costó bastante trasmitir la parte en que Blanca Hervé  le quita el puesto de superiora, y poco a poco todos sus derechos de una forma vil y cobarde. Pero bueno, creo que a pesar de todo, todos logramos seguir la historia. Era muy emocionante!

En cada sitio leíamos en nuestro libro de peregrino la historia y hacíamos alguna oración que nos hiciera pensar que papel jugaban esos lugares en nuestra vida cotidiana, y como podíamos trasladar la historia a nuestras realidades.
Luego de la comida que también se volvía un momento de integración, y la verdad es que comíamos muy bien,  el respectivo descanso, teníamos el tiempo de los talleres, con el mismo grupo del primer dia. Yo y mi grupo tuvimos el de relajación con Joseph Maria, que era bonito, porque nos ayudaba a tener contacto con los compañeros, a pesar de los idiomas, y las diferentes culturas. También tuve el de canto con Ana Belén, en donde ensayamos los cantos de la misa, que eran en varios idiomas también. Los talleristas participaban con nosotros en los recorridos por burdeos, y también en las oraciones en la noche, eso hacía que se integraran de forma homogénea al grupo. Igualmente nos acompañaban Pablo y Lucila filmando.
Luego de los momentos de talleres un día tuvimos un conversatorio con Pablo sobre videos, documentales y películas. Aunque por la hora fue un somnífero para muchos, yo lo encontré muy interesante, y fue un buen punto de partida para entablar un diálogo con Pablo, mostraba videos muy bien hechos, uno de una historia de una masacre sde una comunidad de religiosos en Argentina, otro de los médicos que se disfrazan de payasos. El otro dia tuvimos nada más y nada menos que la visita de Beatriz Acosta, odn. La madre General de la Compañía. Con ella tuvimos un conversatorio sobre jóvenes. Más tarde tendríamos una reunión del equipo mixto, que fue algo exitante, pues en sus preguntas como que quería estar segura de que AHE era un proyecto que valía la pena. Creo que lo hicimos bien. Y sobre todo salimos de ahí muy comprometidos a seguir construyendo juntos AHE.
En el atardecer del dia 3 fuimos al embarcadero de la Garona, el rio de Burdeos, a filmar unas imágenes. La cierto es que cantamos, bailamos y nos divertimos muchísimo. Ese fue seguramente un culmen. Tal fue la algarabía que acabamos involucrando a los habitantes que andaban por allí. Se hizo sentir AHE en Burdeos. Nos mojamos, reímos, y salimos de allí muy cansados, pero seguramente más livianos y más felices. Fue un momento muy espontáneo y bonito. Tal cual decía nuestro himno:
Vamos con Maria al mundo, Señor,
Con rostros distintos, cultura y color.
Tendemos la mano con nuestra amistad
Tu amor nos desborda, semillas de paz.


 En las pausas ignacianas en nuestros gupos por la noche se notaban las reflexiones de lo que se vivía durante el dia. Era divertido ver como la historia de Juana se mezclaba con nuestras emociones durante el dia. En el grupo no fueron pocas las personas que comentaban que tal o cual parte de la vida de Juana la había tocado muchísimo. En mi grupo recuerdo mucho las intervenciones de Cristina, que a estas alturas ya era mi “compinche”, de que Juana había superado lo de Blanca Hervé y ole ole y ole. Oh! Como nos proporcionó buenos minutos de risa. También recuerdo muchísimo las intervenciones de Ana Adán la profe de teatro. Me emocionaban mucho al ver que vivian todo con tanta pasión. 
En la noche igual seguimos Moni y yo acompañando la reunión, y tuvimos algunos relatos de personas que aún les costaba encontrarse en el grupo, asi que estos fueron los asuntos principales, pero en general ahí también la pasábamos bien. Me acuerdo que un dia Veronique estaba muy cansada y sin embargo estaba traduciendo un asunto importante de una africana, hasta que me miró como, ah! Tú, verdad que también entiendes, ayúdame. Ahí si me dio susto, porque era una cosa mucho más seria, y ahí iba casi que sólo de escucha. En general todas trasmitían lo que la gente hablaba en los grupos de cómo iban viviendo estos días. Véro es de apellido Hervé como Blanca, y eso también nos generó buen motivo de gozo. Moni y yo además de transmitir razones nos habíamos dispuesto a recibir cualquier tipo de comentario, y a mí un día me sorprendió una chica con un tema que se me salía de las manos, pero lo que más me impresionó fue la conversación que pudimos mantener en inglés y francés mesclados.
Dormí una vez más en la cama de la habitación (pieza no se entiende en España: recamara, quarto, habitación) y una vez con la Cris en una colchoneta que había en el quarto también. Así fue como transcurrieron esos dos días, que parecieron muchos más en todo lo que vimos, vivimos y aprendimos, pero mucho menos en el cansancio que llevábamos al terminarlos.



Wednesday, May 23, 2012

Un encuentro lleno de VIDA


Después de una noche para descansar de las emociones del viaje, nos encontramos a las 8 am en el restaurante. Hoy teníamos que vestir pantalones largos porque nos íbamos de paseo!  
Estábamos en Burdeos, ya lo he dicho, porque es la cuna de la Compañía de Maria, y porque es la ciudad de Santa Juana de Lestonnac, así que veníamos a repasar su historia y caminar por aquellos lugares donde caminó. En nuestro grupo de 60 peregrinos AHE, había algunos que ya conocían muy bien esa historia, otros algunos que además de conocerla ya habían estado en Burdeos alguna vez en sus vidas, y otros para quien era una absoluta novedad, como para mí, en ese momento al llegar a Burdeos, poco conocía de la historia de Santa Juana. Por eso este relato del encuentro, se vuelve tan personal, porque a pesar de que se hace la misma cosa en un gran grupo, para cada personita que está allí la percepción será diferente, dejo la tercera persona entonces y me dispongo a contarlo desde lo que he vivido.
Este día nuestro paseo tenía como primer destino: La Mothe! La Mothe es un bosque, básicamente, un lugar hermoso, lleno de árboles. Se parece a ese lugar que me imagino a veces para poder dormir: bonito, fresco, verde, protegido, tranquilo. En la época de Juana quedaba dentro de las propiedades de Landirás, el castillo donde vivió su vida de casada y de madre. Luego de la noche del cister, noche crucial cuando se iluminó y entendió el llamado de Dios, dejó las Feilluatines en Toulouse y volvió a Burdeos y dijo a los hijos que se quedaría en una casita pequeña en la Mothe. Allí entonces se dedicó a planear con un grupo de mujeres lo que sería su gran obra. 
Así que descendimos del autobús en la via principal, y en silencio, o esa era la propuesta, fuimos acercándonos al centro del bosquecito, allí donde quedaba la casa de Juana en esa época. Qué ilusión pensar que alguno de aquellos árboles ha estado allí los 400 años, y que ahora vemos el paisaje que acompañó a Santa Juana en esos días. Allí queríamos entrar en ambiente de retiro, así que cada uno buscó un sitio y se puso a reflexionar por un tiempo.
Que me traía allí, como descubro el paso de Dios en mi vida, que quiere Él de mí. Preguntas siempre vivas, y más aún allí, en el comienzo de un largo camino como peregrinos, al frente del lugar histórico de Juana. Confieso que esta oración se me hizo muy difícil, había tanto “ruido” de todo lo que venía de afuera, y de cierto modo estaba tan lejos de mi cotidiano (llevaba 2 meses fuera de casa) además estaba en medio de una decisión importante. Leía el Salmo 139 que me indicaba que Dios siempre ha estado y siempre sigue ahí, que la que se aleja a veces soy yo, pero que no le puedo huir  y luego el relato de la visitación de María a Isabel, y la celebración de esta a la buena nueva.
Siempre he visto los encuentros con personas como cúlmenes de mi encuentro con Dios, son ellas las que me muestran donde está Él. Tenía que ser consciente de ello y celebrar la oportunidad de este encuentro con tantas personas, nuevas, conocidas, reencontradas. Que me dieran la oportunidad de celebrarles sus buenas nuevas, y sentir que celebraban las mías también. Al final de mi oración, encontré en la tierra algo azul que brillaba, era una pequeña ala de mariposa. En el sol brillaba, y tomaba un color azul turquesa, en la sombra era oscura, y no daba señas del brillo que escondía. Terminé mi oración tomando fotos del ala bajo el sol.
Cris!!! Vaya encuentro!
Luego teníamos que encontrar la pareja del día anterior. Cristina. Teníamos que compartir que nos había suscitado la oración, y hacer un símbolo para presentar.  Y así nos conocimos más cercanamente Cristina y yo, no me acuerdo bien que compartimos, pero definitivamente nos encontramos en ese momento, asi como Maria e Isabel.
Presentamos como símbolo el ala de mariposa, asi como ella, las personas a veces nos pueden mostrar sus brillos bajo determinados “soles”. Oímos las presentaciones de cada pareja, en los distintos idiomas, lo que por cierto exige una buena dosis de paciencia y atención, y de tanto en tanto cantábamos el Magnificat de Taizé: Magnificat, Magnificat, Magnificat Anima mea Dominum, Magnificat, Magnificat Magnificat Anima mea.
Después volvimos al autobús, aquí ya estábamos todos despiertos, y de cierta forma un poco más unidos, de verdad! La vuelta fue alegre llena de risas, fotos y conversas. Íbamos al castillo de Landirás! Allí comeríamos. Del castillo de Landirás, ese que fue casa de Juana, su marido, Baron de Montferrand y toda su familia, y las tierras que les pertenecían, quedan las ruinas. Alli fuimos y nos sentamos mientras una hermana nos contaba la historia de Juana en el castillo en francés.
Aquí nos acompañaban ya la delegación de Líbano, y Emily, una francesa. También se nos unieron a todas las actividades de Burdeos los talleristas y Pablo y Lucila, argentinos, que andaban filmando una película, y nos tenían que filmar visitando la historia de Juana. Luego de saber un poco más de Juana Montferrand, nos esperaba un pic nic bastante completo: bocadillo, fruta, postre. Luego, tales ruinas quedan en lo que hoy es un viñedo, un viñedo de Bordeaux, cosas que no se ven todos los días. Así que para terminar, una prueba del vino de Landirás. El vino nos animó un poco, nos hizo soltar algunas carcajadas.
Dejamos el castillo cantando viejas y nuevas canciones AHE en el autobús. Cómo sonaba bien!  Fer a la Guitarra, Moni, Silvia y María haciendo el coro hasta que se unian todos en "Los pueblos de norte, los pueblos del sur...". Los españoles, por cierto que ese día llevaban la camiseta morada que habían hecho para el encuentro, entonces iban de uniforme. Íbamos hacia el pueblecito de San Martin. En San Martin íbamos a tener los talleres de Arte. Había 5 o seis talleres. Los de teatro eran fijos, porque tenían que preparar la obra del último día. Los demás nos asignaron para ese dia uno, el mio era pintura, estaba en el grupo con Fer, con Moni, con Margarita, con Emily, con Leda (una de las libanesas), con Luiz (brasileño), Daniela (chilena), Jesica y Nadia, argentinas.  El taller lo daban entre Zuni, la hermana argentina y Claudia de Mexico e Inma de España.
Oyendo atentamente a la madre,
Pablo y Lucila grabando
Vimos que técnica usaban los indios de México para pintar en pergaminos, y luego nos dedicamos a nuestro arte. Hacia bastante calor en ese sitio, y me comenzó de la nada un dolor en una muela que me quitó buena parte del ánimo. Sin embargo dibujé elemento que de cierta forma creía que me propiciaban encuentros. Al final del taller nuestros vecinos de teatro andaban haciendo unos ruidos bastante raros, y se reían a rienda suelta.  Bajamos a compartir nuestros dibujos y estaba lloviendo bastante fuerte (no se dice llover “duro” en España, como en Colombia, de hecho les hacia gracia). Alli mi dolor de muela me distraía de todo.
Grupo para los talleres de arte

Cuando dejó de llover un poco cruzamos la plaza de San Martin y fuimos a la pequeña iglesia, ahí descubrimos que bajo una cruz de malta estaban los restos de la familia Montferrand. Los del taller de música nos hicieron una pequeña presentación de su lección y ya sin lluvia volvimos al autobús.
En el autobús encontré a Hoslaidys, la chica cubana, médica especializada en aparato digestivo, lo que incluye bocas. Le pedí que por favor me hiciera un diagnóstico de ese dolor tan incómodo, que ya me tenía desanimada, creía que el mejor de los casos era la muela cordal naciendo, y en el peor de los casos una carie. Lo último que quería era que me estorbara un dolor de diente el encuentro. Pero se trataba del mejor de los casos, se había inflamado la cordal, así que Holaidys me salvó el día y me regaló de su botiquín, antibióticos. Le he quedado eternamente agradecida. Con los antibióticos se me quitó el dolor.
Después de la cena y algún tiempo libre, nos reunimos en nuestros grupos de examen. Como quería yo a mi grupo! Hemos compartido un poco como habíamos vivido la mañana en la Mothe y la tarde en Landirás y San Martín.

Luego la reunión nocturna, donde ya se comentaron casos más cotidianos. En estos momentos cuando mucha cosa se mueve dentro de las personas, en un sitio diferente, con muchas personas diferentes, de lenguas diferentes, hay que estar atento a las pequeñas manifestaciones de cada uno. Lo de lenguas seguramente era la mayor barrera, tanto para mezclar los grupos como para aquellos que les costaba más hablar en otras lenguas sentirse a gusto.  El esfuerzo se intensificaba en promover la paciencia en especial de los hispanohablantes, grande mayoría, y ser lo más inclusivos posible. Entre seriedades, y que me lo confirme Moni, la verdad es que pasábamos buenas dos horas en estas reuniones, no faltaban las risas. También aquí había que tener paciencia para traducciones, sobretodo de español a francés y viceversa. De aquí salían avisos que deberíamos dar al grupo entero cuando nos encontrábamos en el restaurante.
Los de teatro empezaron su maratón de ensayos nocturnos. Fui a acompañarlos. Y hacia la madrugada he ido por fin a la cama. Me tocaba dormir en el gimnasio, pero alguien que tenía un colchón de aire estaba en su turno de cama, así que he dormido en el colchón de aire.

Monday, April 23, 2012

693 km "Soy Juana y esto no me lo esperaba"

Primero de agosto. Ya agosto! Nos despertamos MUY temprano, nos organizamos rápidamente y en un desfile de sonámbulos fuimos en dirección al Autocar (=bus) que había parqueado detrás del colegio. Entramos y nos ubicamos para continuar durmiendo. Estábamos a 600 y pico de quilómetros de Burdeos, nuestro destino final. Yo estaba al lado de Margarita, Susana la había perdido de vista, ya hacía falta separarnos un poquito. Al otro lado del pasillo estaban Oscar y Moni.

La primera parte del viaje fue un dormitorio ambulante, todos dormían profundos. Cuando llegamos cerca de Burgos para una primera parada. Tomamos aire, hicimos la larga fila a los servicios (baños) que siempre era enorme para las mujeres. Y tomamos un café. Volver al bus, ya más despiertos, entonces comienzan los diálogos para conocer las demás personas. Que haces, donde vives, cuántos años tienes, porque viniste a dar a AHE.
Hacia el mediodía llegamos a San Sebastián. San Sebastián queda en el país vasco, su nombre en euskera es Donostia. Luego de los días que pasaríamos en Burdeos, empezaría Magis, y todos ya habían recibido su grupo Magis. Susana y yo estábamos en el mismo grupo, que era en San Sebastián, sobre eso no sabíamos mayor cosa, y sobre San Sebastián tampoco, creo que incluso cuando hicimos nuestra parada todavía no conectamos que volveríamos allí. Demasiada información.
Nos recibieron las monjas de la compañía en un antiguo colegio, hoy residencia universitaria, nos mostraron el colegio, y fueron muy amables! En todo caso la parada en San Sebastián tenía un propósito: la comida, así que entre todos preparamos bocadillos para todos, otra forma de interactuar entre la gente nueva. Y así todos de a uno o dos bocadillos en mano, bajamos el cerrito y fuimos a la playa a hacer pic nic allí. La playa de San Sebastián es muy bonita, fotogénica, asi que fue un Pic Nic muy agradable para los ojos.
Yo andaba con Daniela, fuimos a la playa a mojar los pies, después de comer, caminamos un poco  por la playa, y al volver, perdimos la entrada que habíamos usado y todas las referencias, ninguna había prestado mucha atención a la bajada, y no veíamos a nadie del grupo. Daniela siguió en su paz característica, pero yo empecé a preocuparme, sin mapa, sin dirección y sin nada, demasiado vulnerables a la deriva y con afán. Lo único que podíamos preguntar era por la Compañía de María. Caminamos algunas cuadras. A mí me preocupaba que nos dejara el bus. Un guardia indicó el camino, pero no veíamos el cerrito, y todas las calles nos parecían iguales. Volvimos a la playa, y asi como asi, volvimos a dar con el camino, y encontramos que todos estaban volviendo, ni falta habían sentido de nosotros. Más adelante vi a Fer! Chico Ahe que había estado en Brasil, e iba con Gara, otra chica Ahe que había estado en Brasil. Iban con otra chica, María, que estuvo en el primer encuentro. María y Fer se nos unian allí.  Gara no podía, pero estuvo bien saludarla.
Al bus para seguir hacia Francia! San Sebastián queda bastante cerca de la frontera con Francia, así que poco tiempo después estábamos en pleno limbo fronterizo, y luego, en Francia. Eso de las fronteras en Europa es muy charro, porque se cruzan como si no estuvieran, pero con solo cruzarla cambia un montón de cosas: idioma, rutinas, etc. Y el mejor indicativo: cambia la señal de celular, o sea, pasa a ser roaming internacional, de hecho esa es la forma más efectiva de percibir que se ha cruzado la frontera.
Por la tarde llegamos a Burdeos, la llegada es bastante bonita, porque se cruza un rio, la Garrone, y se llega a una ciudad francesa, color caqui, con ventanas bonitas, plátanos (el árbol) con sus troncos claros y sus hojas verdecitas, plazas, coins… enfin… la France! Yo volvía por tercera vez en este viaje al objeto de mis deseos en cuestión de países.  
Burdeos es la ciudad de Santa Juana de Lestonnac, y cuna de la Compañía de Maria, he porqué nos hallábamos aquí. La comunidad de monjas tiene una espécie de colegio-casa de encuentros, que fue donde dormimos. No habiendo cuarto para todos, dividíamos un cuarto entre 3, al azar. Yo estaba con Cristina Carracedo, española, y una americana. Ahí era nuestro baño, y podíamos rotar la cama, a parte, dormíamos en el gimnasio del colegio. Organizados, teníamos un par de horas libres, para conocer por ahí. Con Daniela de Chile, Jessica y Cinthya de Argentina, Margarita, fuimos a pasear por ahí, a la catedral. A la vuelta  nos encontramos a los españoles tomándose una bière. Y ya fuimos a la cena, que era en un lugar a parte de donde dormíamos. Aquí se nos incorporó Emily, francesa. También aquí encontramos a Veronique, la monja francesa, que me tenía el cargador de la cámara que había dejado en Lyon hacia mes y medio, así que podía volver a tomar fotos!
Una pequeña introducción, y bienvenida oficial al frente de notre-dame de Berceau. Estatua que estaba en el primer colegio de la compañía. Cantamos nuestro ‘primer himno’ del encuentro por primera vez: http://www.jovenesahe.net/download/himno%202011.wma, cancioncita pegajosa y que definitivamente nos unía, por Marcela Bonafede, odn. Con la guitarra de Fer y de Maria.
Los pueblos del   norte, los pueblos del sur
Celebran caminos tinieblas y luz
El cielo y la tierra gimen de dolor
Es parto de vida de un mundo mejor

Vamos con María al encuentro de Dios,
De un Dios que palpita en cada corazón.
María acompaña nuestro caminar,
De hermanos de todo servir y amar.

Vamos con Maria al mundo, Señor,
Con rostros distintos, cultura y color.
Tendemos la mano con nuestra amistad
Tu amor nos desborda, semillas de paz.

Artistas amantes de la humanidad
Llenos de tu fuego vamos a incendiar
los pobres maestros de lucha y de fe
Memoria viviente del Dios Emanuel

Recibimos nuestro primer Libro de Peregrino, mochila y lapicero. Después de cenar fuimos a una capilla, y formamos los grupos de examen. Aquí compartimos un poco como nos sentíamos y como nos parecía que actuaba Dios en nosotros. Este primero en particular hablábamos de la Anunciación de la capacidad de acogida y otros cuestionamientos que nos propone Maria en la anunciación. Es bonito compartir esas cosas, aunque no siempre es fácil. Luego en los mismos grupos teníamos que conseguir pareja para una actividad al dia siguiente, y decidimos que una persona del grupo, que no nos conocía, eligiera las parejas, para que quedara bien aleatorio, y cual sorpresa, había quedado con Cristina!
Luego de esto tuvimos una performance de danza y teatro por Veronique y Margarita, con velas, para terminar con la presentación de la tumba de Santa Juana, que era donde nos encontrábamos, algunos ya sabían que era allí, pero para otros fue una enorme sorpresa, incluída yo. Después de eso volvimos al lugar donde dormíamos y estuvimos confraternizando.
Mónica y yo éramos las encargadas de ir a la reunión de monjas por la noche, entonces allí estábamos para cumplir nuestro papel de aportar lo que nos pareciera necesario aportar. La verdad era que lo pasábamos bien la Moni y yo ahí oyendo historias. Al final de todo, quedaba dormir un poco para otro día lleno de cosas nuevas. Esto apenas acababa de empezar. Pero ahora tomaba cara de encuentro!

Wednesday, April 11, 2012

Dia de San Ignacio

La luz de Madrid

Madrid. 31 de julio. Dia de San Ignacio de Loyola. Dia que oficialmente arrancaba el encuentro. Desayuno en Vips de la Vaguada, y de pronto, el grupo que el dia anterior era de 10 personas ya hoy con los norteamericanos, albaneses, libaneses, japonesas,se triplicaba. En Vips ya ocupábamos un par de mesas largas.
Del desayuno arrancamos todos para el metro. Recorrido: de Barrio del Pilar a El sol. The Sun! La plaza que hacia un par de meses era de los indignados, la plaza donde nos habíamos encontrado con Mariluz en Junio. La plaza del oso y el madroño, el corazón de Madrid. Andar ya con un grupo que empieza a ser grande, y que no tiene ya el mismo idioma empieza a a ser una gran fiesta. Después de llegar a Sol fuimos a plaza mayor, y de ahí teníamos 2 horas para ir por Madrid según el antojo. Susana y yo teníamos una preocupación primordial: necesitábamos sandalias cómodas para aguantar el ritmo de caminadas que se venían. Asi que salimos junto con Margarita y Diana en busca de ellas. En esas andanzas volvimos al mismísimo Cat’s Hostel  y a la calle Atocha, nuestra primera dirección. 
Entre los recuerdos nos pusimos a bajar la calle Carretas que tiene muchas tiendas de zapatos, buscando la sandalia perfecta. Y al fin en la penúltima tienda de la calle las encontramos, made in spain, unas sandalias que de tan cómodas ya salimos con ellas. Yo todavía tenía el dedo mal, asi que tener un zapato más cómodo era un gran alivio.  Nos perdimos de nuestras compañeras, y en un malentendido estuvimos esperando un buen rato en Sol, que como su nombre indica, sombras más bien pocas. Compartimos la sombra de una tienda con unos gamincitos un rato, hasta que al fin nos fuimos a plaza mayor, donde encontramos a los demás contando de los lugares que habían conocido.
momento ARTE espontaneo del dia
Mientras se reunía el grupo tuvimos la suerte de que un grupo de música y baile de chicos portugueses se nos hizo en frente y nos hizo show en vía publica! Fue genial! Muy divertido.  Y tuvimos un gustico de Arte… improvisado. Luego de eso comer!!! Cerca de allí en un bar nos esperaba la comida! En mesas de 4 o 5 nos fuimos poniendo y cada uno pidió su primer y segundo plato. Mi mesa estuvo animadísima, estaba con Moni, con Susana, con Margarita. Al final de la comida se nos unieron 2 españoles más: Óscar y Cristina. Me acuerdo que Cristina vino a molestar a Moni porque se les había adelantado haciendo amigos. Otra vez, mientras se reunía el grupo socializamos otro poco. Aquí me enteré un poco de las japonesas: Ayaka y Erika.
Luego seguimos en tour a pie por el centro de Madrid. Plaza Isabel II, donde Susana hizo una pequeña demostración espontánea de Ballet en nombre de nuevo de la A de AHE (imaginense lo exotico: un grupo de algunas decenas de jovenes plurilingue pára en un plaza de Madrid, y en centro una de ellos da unos pasos de ballet, rien, aplauden, y siguen como si nada. Eso es, entre otras, AHE). Gustó mucho, y por ahí me pillaron en una foto la baba que se me sale. Yo no lo oculto, para mi, bailarinas en el mundo como Susana, no hay.




Luego, a paso lento, fuimos viendo el palacio real, la plaza, el teatro, las esculturas, para terminar en la Catedral de la Almudena. De ahí, volvimos a tomar el metro para ir a una Parroquia Jesuita, donde íbamos a la misa de San Ignacio. Al salir del metro, Cristina nos guió por unas 4 cuadras en sentido contrario, y al darse cuenta volvimos, aunque se ganó un par de quejas, ya que andábamos cansados ya. Volvimos a pasar por la boca del metro, y el ese instante llegaron a hacernos compañía Daniela Jaramillo, la paisa (de Medellin) que nos faltaba, los dos brasileños, Renata y Luiz, y las argentinas que por las cenizas del volcán  hasta que embarcaron teníamos dudas de que pudieran venir. Fue un feliz encuentro, otro más de estos días de encuentro precisamente. La misa de San Ignacio estaba repleta. Y yo feliz, en lo mio, muy emocionada, no es siempre que se puede celebrar el dia de San Ignacio en Madrid y con semejante celebración dominical. Aquí sentía que volvia mi emoción y me abría completamente a esta nueva aventura AHE. Esa misa era una excelente abertura a todo lo que venia.  Al final marcha de San Ignacio. A la salida una primera foto del grupo. Sorpresa: de a poco el grupo había crecido y ya ocupábamos todas unas escaleras.
Después de un día completamente A.rte, H.umanismo y E.spiritualidad regresamos al Barrio del Pilar, a cenar en Vips, y luego arreglar el equipaje que nos esperaba un dia de viaje a Burdeos. Salida 6 am!
 Mluz, Drita, Zuni, Claudia, Leticia, Chieko,Margarita, Ranette, Therese
nustras queridas hermanas.
Susana y yo sacamos todos los souvenirs del viaje y la ropa que sabíamos innescesaria, lo dejamos en nuestra bolsa auxiliar que compramos para camuflar la cámara en el avión,  quedamos con lo esencial, y nunca en los últimos dos meses fue tan fácil cerrar la mochila. Daniela se hizo con nosotros para dormir y me entregó un detalle muy especial de Laura y Arturo, unos amigos muy queridos de Medellín, que me habían querido recordar que no podía olvidar mi lugar de origen. No pude dormir más feliz
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De la serie curiosidades: Barrio del Pilar es un conjunto de edificios, varias cuadras unidas al norte de Madrid. Como las cuadras son iguales es muy fácil perderse. El colegio está al interior de una, y la casa de ribadeo, la casa de retiros, en otra. En un costado del conjunto de cuadas está La Vaguada,  el centro comercial, y en el otro el metro Barrio del Pilar. La clave fácil (en varios idiomas) para no perderse para llegar al colegio desde La Vaguada,  desde Ribadeo o desde el metro: Cada vez que vea una caseta de ONCE, gire a la derecha! Y tal cual!

Saturday, March 24, 2012

Reset and Restart. AHE 2011

I-D: Moni, Yo, Claudia, Rosy, Lupita, Nati, Hosladys, Margarita, Diana, Susana.  La foto la tomó  Toño.
Llegamos a Madrid, recuperamos nuestras mochilas que iban en la bodega, y salimos al terminal 3 del aeropuerto de Barajas. Entre las cabecitas que buscaban personas que salían, estaba Monica! Que había ido al aeropuerto con Hoslaidys, la ilustre participante de Cuba, que ya había llegado hacia un par de días.
 Gracias a nuestro atraso, ya habían llegado Margarita y Diana, provenientes de Bogotá, y ahí estaban esperándonos. A mí lo de reencontrar gente me emociona muchísimo, como se nota. Margarita, amiga también del AHE en Brasil y nos habíamos visto un par de veces en Colombia durante estos 2 años, Diana era nueva, ellas claro, traían todo el cansancio del viaje, Susana y yo, en cambio, y a pesar del atraso, no teníamos ninguna diferencia de horario, así que fuera de no haber comido y de que se acercaban las 3 de la tarde, estábamos frescas como lechugas. Teníamos que  esperar la delegación de México aún, de la cual sabíamos que venía un hombre, una monja y tres chicas. Luego de un rato aparecieron: Rosy, Lupita, Toño (hermanos los tres), Natalia y Claudia.
En medio a semejante grupo, con un buen volumen de equipaje, nos dirigimos al metro de Madrid. De Barajas T3 teníamos que ir hasta Colombia, nada más y nada menos, a casa, y de allí hacer trasbordo para ir a Barrio del Pilar.  De la estación de Barrio del Pilar hasta el colegio de la compañía, una pequeña caminada. Y allí esperar que nos trajeran las llaves para abrir el colegio donde pasaríamos la noche. Mientras tanto nos fuimos conociendo, conversando, divirtiéndonos. A mi cuando estoy en medio de estos grupos la sensación que me dá es que es todo surreal, es difícil de explicar.  El caso es que para cuando llegaron las llaves cada individuo allí tenía 3 o 4 nuevos amigos. Madrid nos recibia además calurosa y asoleada, se le habia llegado el verano en nuestra ausencia.
Dejamos las cosas en el colegio, cogimos lo esencial, y hacia lo que eran las 6 de la tarde salíamos en dirección a la Vaguada a almorzar (por cierto eso requiere explicación aparte). Cuando salimos iban llegando los Albaneses! Casi que con mímicas nos saludamos. En la Vaguada comimos en Vips la primera de muchas veces (nada como estar con gente que sabe, en nuestra primera estadía en Madrid hubiera sido de mucha utilidad conocer Vips), primer plato, segundo plato.  Luego de saciada esa primera necesidad, todos querían comunicarse con casa, así que fuimos en busca de formas de que pudieran usar sus celulares allí. Susana y yo queríamos ponerle créditos a nuestro Vodafone que nos había acompañado fielmente en el viaje, pero al fin no lo hicimos. Lo de los teléfonos nos dio algo de trabajo. Al fin fuimos a Alcampo donde algunos tenían que comprar parte de lo que se había pedido para toda la aventura que comenzaba, nosotros por ejemplo, habíamos recibido la lista ya en viaje, y para esa misma noche necesitábamos un saco de dormir, y esterilla. Porque se habia terminado la temporada de camas, sofacamas, camarotes de hostal y catres, pero aun no sabíamos. Ademas compramos platos y cubiertos desechables. Y ya más que muertos del cansancio partimos al colegio, ya eran casi las 10 de la noche. Yo todavía quise ir a la casa donde estaban los demás (los de estados unidos, etre ellos Sandra y Leti, de AHE 2009 y las monjas) para usar internet y poder mandar un mensaje a casa de que no habíamos perdido ni trenes ni buses ni aviones y estábamos sanas y salvas en Madrid con el grupo, y ahora estábamos en manos de AHE, Magis y de la JMJ. Sabía también que la comunicación en adelante sería más difícil, y seguir con el diario igual, entonces me despedí provisoriamente (Metz y reticencias (29/07/11)). Mandé señales de vida de los mexicanos también, que al fin no habían logrado lo del movil.
Y ya, completamente rendida, volví al colegio donde ni el calor que hacía, ni el piso duro me impidieron de rápidamente quedar profunda. Había sido un día agotador. Y lo que venía tenía toda la pinta de ser genial e igualmente intenso. Al otro día ni más ni menos salíamos hacia las 9 al centro de Madrid.
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*Almorzar: para los latinoamericanos  corresponde a la comida fuerte cercana al medio dia, ya para los españoles corresponde a un algo suave también cercano al medio dia.
Comer: Para los españoles seria lacomida fuerte, y es hacia las 2 y 30 o 3 de la tarde. Para los latinoamericanos en cambio comer es lo que se hace por la noche
Cenar: es la comida de la noche para los españoles, también significa eso para los latinoamericanos, pero no se usa muy a menudo.
Esto es importante porque nos demoramos un rato para captar la idea, y se pueden imaginar el tipo de enredos cuando unos dicen comida hablando del almuerzo y otros entienden que se habla sobre la cena, y en el sentido contrario también. Así que para el relato  usaré la forma española: Comida y cena, porque al fin de cuentas tardé un poco, pero acabé por adoptar el código. Me produce mucha gracia este tipo de líos, dentro del propio idioma. “¿Que tal ha sido la comida? No hemos comido, es muy temprano. Pero si acaban de comer ¡Que no, que estábamos almorzando!”

Sunday, February 5, 2012

Bicicletas; parte II

En nuestro último día en Florencia yo confieso que no me provocaba dar ni un paso más, pero como de todas formas había que dejar el hostal de 10am a 4pm, salimos en busca de una tienda Benetton pues Susana había quedado con ganas de una capa, pero no había su talla. Luego todavía hicimos la fila para entrar a Santa Maria dei Fiori, la catedral, muy particular por cierto, que como el nombre lo dice, parece hecha de pequeñas florecitas, y nos encontramos a un familión colombiano al lado nuestro en la fila. Después de esto fuimos al museo Galileo que era lo que todavía quería ver yo, porque mi cuento con el arte, es que ya estaba en un punto que todo lo que veía iba más allá de mi memoria y de mi capacidad de absorción, entonces miraba por mirar, no captaba la trascendencia de las obras, lo que es una pena. Susana si se sabia todos los nombres, técnicas, autores…
En todo caso estábamos juntas, Susana y yo a pesar de las diferencias de intereses a estas alturas. Y el museo Galileo, a pesar de no estar muy fuertemente incluido en el derrotero florentino, fue una grata sorpresa, aprendimos muchas cosas, y nos deparamos con un museo muy bien montado, cosa que hasta aquí creíamos que era una debilidad de los italianos.  Luego del museo,  almorzamos una pasta grasosa y cara, y volvimos al hostal.
Nos quedaba medio día de bicicleta, así  que fuimos por ellas para esta vez, bajo el sol, andar un poquito en bici. Pusimos meta de adonde queríamos ir, al Palazzo Pitti, pero yo me le volé a Susana, y después no la encontraba. Me dio algo de susto, pero mientras tanto la jovencita hizo su camino y tomó algunas varias fotos. Hicimos las paces. Queríamos un parque para andar en bicicleta, y al primero que fuimos ya lo iban a cerrar y de todas formas no dejaban entrar en bicicleta, eran los jardines de Boboli, luego buscamos un segundo, y enfrentamos en tráfico no muy fácil y llegamos allá y era un morro, así que fuimos a nuestra tercera opción en el mapa, que era un verdecito cerca del rio, y allí dimos algunas vueltas. Luego nos sentamos. Volvimos a hacer las paces. Reímos. Disfrutamos los últimos ratos de nuestro viaje Parte I. Luego cogimos las bicicletas de nuevo, y fuimos por un gelatto. Así, volvimos a Santa Monaca a arreglar una vez más nuestras maletas, de forma definitiva para viajar al día siguiente a Madrid. Conocimos nuestras nuevas compañeras de cuarto, tres hermanas francesas, que andaban viajando. Y otras dos brasileñas. Profitez Florence! Maletas listas, baño listo, a la cama que el otro día había que madrugar y nos esperaban una nueva colección de aventuras de ahí en adelante.

Nuestro vuelo Ryanair era de Bologna a Madrid, partía a las 11 y 30, había que estar una hora antes, 10 y 30, estábamos en Florencia, a media hora en tren rápido de la estación de trenes de Bologna, y ésta a su vez a media hora del aeropuerto en bus, más la espera entre ambos. Asi que había que tomar en tren más cercano de las 9. Pero ese que llegaba en media hora salía a las 8, o a las 10, los demás se demoraban hora y media. A las 8 por lo tanto partía nuestro tren, eso significaba que teníamos que estar en SMN unos diez minutos antes, y que había que coger sin posibilidad de pérdida, el bus que salía de cerca del hostal cerca a las 7 y 15. La vieron??? Con mochilas por supuesto, en su mayor peso. Bueno. Todo estaba calculado, y nada podía salir mal. A las 6 y media la chica española Vodafone nos avisó que era hora de levantarse. Nos lavamos la cara, cerramos lo último, y sin despertar nuestras vecinas salimos.
Todo salió a la maravilla, a las 7 y 30 estábamos en la estación, desayunamos, a las 8 y 37 estábamos en Bologna, alcanzamos el bus inmediatamente, más tardar a las 9 y media estábamos en el aeropuerto. Nada mejor.  Nuestras mochilas pesaban 14 y muchos quilos cada una, pero era menos de 15, así que dentro de lo que se les había pagado (las maletas valen casi lo mismo que el pasajero en este tipo de viaje), nos revisaron el pasaporte, sin problemas. Susana tenía su morral, y yo la bolsa con la cámara y el otro morral, porque arriba se lleva exclusivamente UN volumen, ya sabíamos, y Renata nos confirmó que eran muy estrictos, y con ella encontramos la bolsa que buscábamos para transformar dos volúmenes en uno.  Sentadas ya en sala de espera, faltaban 2 horas para el vuelo. Pero estaba atrasado, 2 horas. Saldríamos a la hora que deberíamos estar llegando a Madrid. Leímos, observamos, pero la verdad es que se hacía difícil pasar el tiempo. Yo particularmente tenía mucha ilusión en llegar a Madrid.
La segunda etapa del viaje se llama “tercer encuentro AHE”, me cuesta explicar así simplemente esto que significa, pero espero que el relato de aquí en adelante sea medio auto-explicativo. Adelanto que era el motivo principal del viaje, al que le adjuntamos todo esto que pasó hasta aquí, claro, aprovechado y disfrutado al  máximo. Pero estas tres letricas AHE, eran lo que en verdad nos traían aquí al viejo continente.  Al pisar nuestro avión en Madrid, después de los por mi temidos aterrizajes, primero nos esperaba Moni, querida española que yo había conocido en Brasil dos años antes, y la secretaria de este encuentro, además de mi compañera de equipo mixto. Había tenido la fortuna de estar en contacto con ella el primer semestre de este año, y en especial durante todo el viaje, además de los e-mails que mandaba como la misteriosa “chica de los mails”. Por cierto, yo evadía tareas con las cuales le debería estar colaborando pero nuestro modo de vida nómade  de los últimos dos meses impedía un poquito. Con Moni, nos esperaba un reencuentro, de esos, como había pasado en Paris con Thomas, que parecen increíbles, que conoces a una persona por algún tiempo, sin saber cuándo se va a dar lo de volverse a ver, y de pronto, ahí está la oportunidad. Fuera de Messenger, de Facebook, estaba muy cerca de volver a abrazar a Moni, y a varias personas más.
 En Madrid, también nos esperaba un poco la sensación de volver parcialmente a casa. No sé, como que después de todo volver a un sitio donde se habla español, es como volver un poco a lo de uno. Aunque en realidad sea muy distinto, pero sí que había un cierto confort. Además del idioma, volvíamos a un sitio donde ya habíamos estado hacia relativamente poco, digamos que… ya conocíamos los códigos principales, como: metro, centro, distancias, lo básico. Con ese vuelo, cerrábamos el primer lazo del viaje, volvíamos a nuestro punto de partida, para comenzar otro periplo. A pesar de nuestro cansancio de turistas, teníamos que tomar nuevo aliento y volver a empezar.
Por todo ello no cabía en mi de ganas de llegar a Madrid, por todo ello, Susana estaba que me abandonaba en algún sitio ya hacía unos días (para ella Moni no era más que la chica misteriosa de los mails, para ella no había reencuentros, había toda una novedad, pero era entendible que no compartiera toda mi ansiedad). Y por Ryanair teníamos que esperar dos horas más para que todo esto pasara!

Vietato calpestare il prato

Nuestros dos últimos días en Florencia fueron bastante variados, en emociones, carreras, movimientos, etc. Como habíamos quedado con Renata, salimos el 28 de julio rumbo a la galería Ufizzi, la de más glamour tal vez, en la ciudad del renacimiento. No sin antes el desayuno consistentesito en la pastelería cerca de  Santa Monaca (el hostal) que por cierto quedaba al lado de una iglesia en desuso, que ya no servía como iglesia, donde hacían presentaciones de piano carísimas, y nosotros podíamos aprovechar algo de los ensayos durante el día. Yendo a la galería Renata nos mostró una feriecita de artesanías.  La previsión de espera en la fila de la Ufizzi: 3 horas, y todavía hay que aguantar que pasen mil jóvenes vendiendo paquetes de “evasión a la fila”, con hora reservada y tal. Aguantamos firmes nuestras tres horas. Luego pagamos una de las entradas más caras hasta aquí, sin descuento para estudiantes. Y por fin, teníamos el derecho y deber de conocer las preciosidades escondidas en las salas de la galería. Renata es estudiante de museología en Brasil, y a medida que fuimos observando las obras, nos fue contando lo mal que estaba organizado el museo, y es verdad, pocas indicaciones, caminos laberinticos, cuadros sobre detalles de pintura de la pared. En fin, quien soy yo para seguir la lista, y sobre todo para no recomendar la visita a semejante templo de obras de arte, pero solo le encuentro una explicación, tanta es la cantidad de bellezas que debe albergar el sitio, que no dan cuenta de administrarlo. Vimos el Nacimiento de Venus, entre otras miles de obras de arte.
Salimos de allí y volvimos al hostal, Renata iba por su mochila, y de ahí cogimos el bus para la estación de trenes. Llegamos cercanas las 6 de la tarde, y vimos el próximo tren para Pisa. Esperamos un rato, y estuvo, partimos a Pisa. El trayecto se demora algo más de media hora, en el cual mis compañeras de percurso se echaron una siesta.  En el tren, había sillas reservadas para oficiales heridos en la guerra!




Llegamos a la ciudad de Galileo cercanas las 7 de la tarde. Renata dejó su mochila en el guarda volúmenes, el cual cerraba a las nueve. Nos conseguimos un mapa de Pisa, después de preguntar por ahí, y algunas respuestas no muy amables en la estación, y descubrimos que la torre quedaba por allá en el otro extremo, una media hora de caminada rápida. Así que nos largamos, fuimos por la calle principal de Pisa, observando las tiendas, pero a paso rápido, sin detenernos mucho, esperando en cada curva avistar el famoso edificio. Allí, en la próxima, sí, yo he visto fotos de tal ángulo. Pero la torre inclinada está bien escondida, solo se deja ver cuando uno ya está muy cerca. Y la acaban de limpiar, entonces está hermosa. Defrauda un poco la altura, cuando uno la ve le da la impresión de que es enana, pero es que la mayoría de fotografías no incluyen en la toma la enorme iglesia que queda al lado, de la cual la torre era el campanario, entonces pierde protagonismo.  Una cosa extraña que pasa es que miras la torre y mirás al rededor y ya no sabes bien qué es lo que está inclinado, si la torre o los demás edificios, dá una sensación rara. Averiguamos subidas, la próxima que tenía cupos solo a las 10 de la noche, y como teníamos que volver por la mochila de Renata, y nosotras dos a Florencia aun ese día, agradecimos la oportunidad de no gastar 16 euros.
Al frente de la torre, al lado de la iglesia hay una manga (césped, pasto,etc.. luego entraremos en detalles sobre este tema) provocativa, bien verdecita, bien planita….. Deliciosa. Está cercada por una cadena, y cada tantos metros hay una placa roja que prohíbe en inglés y en italiano pisarla. La única en toda Europa, dado que la manga es un bien de uso publico, según veníamos observando. Y la más desrespetada. Había varias decenas de personas al interior de la cadena.  Así que nosotros no íbamos a ser la excepción. Nos metimos a tomar las fotos que no pueden faltar al frente de la torre de Pisa: sosteniendo la famosa construcción inclinada, de mil maneras, la luz y el cielo nos ayudaban.
Luego de un momentico bobeando por ahí, resolvimos que era hora de emprender el regreso, además que nos venía cogiendo el hambre (estábamos con el desayuno) y volvimos a la estación. Recuperamos la mochila de Renata, y fuimos a comer pizza ahí en las comidas de la estación. Quedaban tres pedazos. Nos despedimos de Renata recordándole que no se le fuera olvidar su tren al aeropuerto y que corriera todo bien. Y nos fuimos a tomar nuestro tren de regreso, había dos como con 20 minutos de diferencia, pretendíamos coger el primero, pero nos equivocamos de andén, y esperamos en el que venía de Florencia y no en el que iba para allá. Por suerte nos dimos cuenta a tiempo y alcanzamos a coger el de más tarde. Ya era de noche. Al lado de nosotros unos turistas orientales, y el tren vacío. Llegamos a Florencia, y ya no había buses, así que nos fuimos a piecito no más hasta el hostal. Cuando llegamos teníamos nuevas compañeras de pieza.