Friday, December 30, 2011

There is no world without Verona walls..

El título de este capítulo es un fragmento de Romeo y Julieta, que en este día, el día elegido para visitar Verona, nos estuvo acompañando. A Verona la escogimos como ciudad-dormitorio, porque era más o menos a medio camino entre Venecia y Milán, y tenía alojamiento más barato, pero había que pasearla. Por la mañana, dormimos un poco más, y tomamos el desayuno.
Hay que contar evidentemente una anécdota: el día anterior, cuando volvimos de Venecia y nos duchamos, Susana al colgar la toalla en el balcón de la pieza, sin querer la dejó caer y quedó en el balcón del apartamento de abajo, hacia un patio interno. Qué se va a hacer? "Tiró la toalla!" Ni siquiera teníamos a quien decirle, así que medio apenadas, medio risueñas, y yo sin mucha culpa, dejamos el problema para después. De todas maneras ese día salimos y tocamos en el apartamento de abajo, pero nadie contestó. En las áreas comunes del edificio estaba escrito bien claro que los huéspedes del B&B no podían interferir con la vida del edificio, aunque de verdad verdad, nunca vimos a nadie por ahí, y a duras penas en la calle, que en una noche vimos a una tipa con un tipo, ella iba medio ebria…
Enfin, volviendo a Verona. Estaba lloviendo ese dia. Asi que abrigadas en un paraguas subimos la calle principal, esta vez no en la costumbrera dirección de Puorta Nuova camino que ya nos sabíamos: en la mitad había una vistosa bandera de Brasil que pertenecía a un restaurante: “Churrascaria Porto Alegre”(solo en el extranjero se pueden ver ese estilo de cosas, porque “Porto Alegre” asociada a la bandera nacional no es una cosa muy común), y un hotel que prestaba bicicletas, pero sólo a los clientes, que fuimos y preguntamos, yo muerta de pena, Susana no tanto. Sino que esta vez, fuimos en dirección al centro de Verona, y lo primero son las tales “walls”, los muros de Verona, altos, con un reloj y una portada, y por detrás de semejante recepción, una arena, la arena de Verona, la pista para encontrar nuestro camino el primer día en medio a las discusiones. La contorneamos, es impresionante, el coliseo de Roma debe ser mucho más, pero digamos que es un poquito de lo mismo, pan y circo para el pueblo. Hay que imaginarse en esos sitios en el imperio romano. Lyon la ciudad de los tejidos, con su teatro, Verona, cerca de la gran capital, con su arena. 
Vimos, bajo la lluvia este primer gran monumento, y las propagandas de la programación veraniega para tal escenario, pero teníamos una misión, digamos, más práctica: buscar minutos para nuestro Vodafone español, que a 23 de Julio, casi un mes después de haber dejado España se le acababa el crédito, y nos dejaba incomunicadas, ya que para recibir también necesitábamos crédito. Y ese día necesitábamos hablar con Ayi, nuestra siguiente anfitriona, que ya había ensayado contacto, pero no habíamos podido contestarle. Así que buscábamos en medio al idilio romano una de las cosas más modernas y prácticas: una tienda de Vodafone.
Aun bajo la lluvia, tomamos la calle de las tiendas, hacia el fin, donde sospechábamos encontrar un Vodafone, y caminamos, una, dos, tres, cuadras, y nada, cuando íbamos llegando al fin, y pensando que Vodafone no estaba en Verona, tan! la encontramos. Susana le dijo a la señora que queríamos minutos para un Vodafone español, y la señora dijo que ella no vendia para teléfonos internacionales, que en la tabaquería al lado si, salimos con paraguas y todo y le dijimos al señor, pero él dijo que él tampoco vendía, y que no sabía porque la señora siempre decía que el vendía créditos extranjeros. Bueno…. en telefonía móvil la Unión Europea no es muy unión, porque ni siquiera la misma compañía está unificada (Vodafone está en España, en Inglaterra, en Italia, pero no es lo mismo). Volvimos a la tienda y Susana le dijo a la señora que entonces nos vendiera un teléfono y una sim italiana. Y la tipa quedó como con cara de “y estas chicas no consiguen créditos entonces compran un celular…?” pero no le dijimos que ese sería el celular de Susana los próximos 6 meses. Así que bien, era un buen negocio, porque el español había sido muy útil, y todavía lo seria así que volviéramos a España, y el italiano también tendría que cumplir una buena función. El más barato valía 30 euros, 10 más que el español. 
Después de la compra salimos y seguía lloviendo, y no hay cosa peor que caminar con lluvia, es aburrido, porque siempre se terminan mojando los pies, los zapatos y las botas del pantalón, además de que se pierde mucha visión. Y yo que necesitaba usar chanclas para que se mejorara el dedo era terrible, porque o me ponía zapatos para no mojarme, y me lastimaba, o me ponía chanclas pero igual no cumplía el objetivo porque se mojaba el pie con el agua sucia de la lluvia.
Llevábamos desde Lyon mirando vitrinas y viendo como a medida que avanzaba el verano los precios caían y caían, así que sucumbimos a un momento consumista, entramos a una tienda Pink, y cogimos camisetas a 2 euros, blusas a 5 euros, etc, en ganga mejor dicho, nos medimos algunas cosas, unas incluso a las que les estábamos echando el ojo desde Lyon, y que ahora estaban 10 euros más baratas que entonces. Y por lo equivalente al celular, cada una salió con 3 o 4 antojos, y con un problema de espacio en la maleta.
Cuando salimos de la tienda ya estaba afortunadamente escampando, así que el frente del arena escogimos restaurante y nos sentamos a armar el teléfono, llamar a Ayi, y almorzar. Rico! Después de almuerzo volvimos al B&B y nos cogió la pereza, así que decidimos echarnos una siestita. Fructífera.
Y volvimos a salir, fuimos a otro punto turístico, el Castelovecchio había mucha gente en la calle, a mí me gusta ver los turistas europeos, parejas jóvenes, con o sin hijos, pero relajados, tranquilos, les gusta sobretodo caminar, empujando los cochecitos si tienen bebés. El Castelo es un museo, pero no andábamos con muchas ganas de museo, así que solo vimos el lugar. Al salir de ahí queríamos caminar hacia el centro otra vez, y conocer lo que faltaba, pero entonces vimos un cartel que anunciaba una exposición fotográfica de Henri Cartier-Bresson, y nos llamó la atención. Susana claro, se encargó de averiguar donde era el sitio que el cartel anunciaba. Le preguntó a una señora que esperaba el bus, y la señora muy querida nos dio todas las indicaciones, yo terca me fui a mirar el mapa, y la señora pensando que no le habíamos entendido se paró de donde estaba sentada y nos mostró como hacíamos para llegar allá. Lo más de querida.
El Balcon de Giulietta
Nuestro problema radicaba en las horas de cierre, porque ya iban siendo las 6 de la tarde, así que fuimos primero a ver el balcón de Julieta, o bueno, la casa de Julieta, que es lo más turístico que tiene Verona, y es un patiecito interno pequeño, donde se amontona un montón de gente a ver el balcón. Se puede entrar la casa, y subir al balcón, pero no hicimos eso, y hay una tienda con suvenires, por supuesto. La entrada a dicho patio es un tunelcito que tiene las paredes completamente cubiertas de declaraciones de amor del mundo entero y corazones. Además de una especie de teléfonos que cuentan la historia del lugar. Nosotras nos mesclamos al gentío, oímos la historia, y luego volvimos a la calle a buscar la exposición de Cartier-Bresson.
Y dimos fácil con el sitio de la exposición. Se cerraba a las 7, y eran las 6, teníamos una hora para verla. Cartier-Bresson fue uno de los mayores fotógrafos hasta ahora. Sus fotografías retratan al hombre en las más diferentes y complejas situaciones, muchas son de pobreza. Él viajó por el mundo tomando fotografías, además de las que hizo en Francia, su país natal. Susana no se acordaba mucho, pero una vez ya habíamos visto una exposición del hombre por estos lados de aquí. Fue muy bueno ir a esta, creo que salimos muy contentas las dos de haberla visto. Además porque yo tenía todo en francés, y Susana lo tenía todo en italiano. Es verdad que podríamos habernos dedicado a ver cosas más veronesas, pero a estas alturas ya nos empezábamos a cansar de ver y ver cosas, así que encontrar sorpresas como esta, y poder ver este tipo de exposición también nos alegraba el paseo. Salimos un momento antes que nos echaran, y el siguiente puerto era el gelatto reglamentario.
Antes del gelatto pasamos por otros puntos veroneses interesantes, casi todos relativos a Romeo y Julieta, la casa de Romeo, la tumba del tío de Romeo, y así, entre las callecitas del centro antiguo de esta ciudad que mescla teatro, literatura, historia, y por supuesto, presente. Confieso que me empezó a dar cierto malgenio e impaciencia, en general creo que era el hambre que nos cogía desprevenidas, y en mí se manifestaba como malgenio. Y encontramos nuestro gelatto. Con helado en manos queríamos pasar por la Ponte Pietra, que pasa sobre el rio Po, y es de esos puentes antiguos, antiguos, antiguos. Desde la época de Cristo. Claro que ha pasado por reconstrucciones, en especial después de la segunda guerra, pero parece que conserva la forma original. Ahí, ya alimentándonos decidimos tomarnos fotos en el puente, y la vista que tenía detrás de él, lugar que hubiera sido bacano visitar, pero ya no quedaba tiempo. Y he aquí la prueba de que el malgenio es fruto del hambre, me paro yo sosteniendo los dos helados para que Susana me tome una foto, y estaba toda entretenida con los conos, cuando me dice, pero sonreí, y yo le hago la cara de boba más charra que podía haber hecho. Bastó eso para que las dos nos largáramos a las carcajadas un buen rato. Les pongo la foto para que miren que hacen las endorfinas liberadas por un helado, y gocen un rato. Listo, risueñas, emprendimos la vuelta a casa bordeando todo el rio. Teníamos que pasar por 5 puentes, para volver a pasar el rio, e ir en dirección al hostal.
Mientras esta caminada risueña, Verona después de una mañana lluviosa y una tarde soleada, nos regaló un espectáculo de atardecer con nubes y coloridos hermosos. Antes de llegar a casa de nuevo, fuimos a ver la tumba de Giulietta, que a estas alturas ya estaba cerrada, pero no nos dio pesar, disfrutamos mucho a Henri. Ahí llegó un grupo de españoles, y se arriesgaron a preguntarnos donde quedaba la casa de Julieta, al ver que respondimos en español, y les mostramos el mapa, quedaron muy contentos, a pesar de la siempre larga caminada que tenían que hacer hasta allá. Y asi fue como una vez más cruzamos las verona walls rumbo a casa, en una conversación animada, y todavía medio endorfinada. Y pues será hacerle caso a Shakespeare:

“Non esiste mondo fuor dalle mura di Verona; ma solo purgatorio, tortura, inferno. Chi é bandito di qui, é bandito dal mondo e l’esilio dal mondo é morte....” (“Romeo and Juliet”, atto III, scena III).

Llegando al B&B, teniamos hambre denuevo, pero no teniamos ganas de salir por comida. El desayuno lo dejaban montado desde el dia anterior, o mejor, nunca lo quitaban, solo lo reponian, con panecitos en paquete, yogur y frutas. Yo dije, y si cojieramos alguna fruta, pensando no comerla al otro dia. pero me daba mucha pena "violar" la tira que indicaba que no era hora de estar en la cocina. Cuando sali del baño, Susana habia hecho el trabajo sucio, y cenamos manzana y tostadas!

Thursday, December 22, 2011

Simplemente: VENECIA

Los secretos de venecia

El día siguiente, un viernes, nos pusimos nuestro mejor traje viajero: un vestidito, y sandalias, y Susana con su sombrero, claro. Porque nos íbamos a Venecia!!! Y  Venecia se merecía una súper buena pinta, además había que aprovechar que estábamos al sur de los pirineos, y finalmente volvíamos al calorcito digno del pleno verano. 
 Antes del relato, Venecia es uno de esos lugares afortunados por la historia, está en un lugar lindo, y las obras humanas lo han dejado más lindo aún, es como una ciudad hecha con fligrana, poco a poco, artesanalmente donde la arquitectura árabe se mezcla con la romana en perfecta fusión y se hacen verdaderas joyas. No hay como no admirarse a cada paso. De pensar en todo lo que ha pasado por ahi... es alucinante. Lo más difil de todo, es trillar las fotos para poner aqui. Porque venecia, como esos selectos lugares, es un lugar fotogenico.
Fuimos a Verona Puorta Nuova, tempranito para aprovechar bastante el día. El tren entre Verona y Venecia se demora un poco más de una hora. De ida fuimos haciendo nuestros balances, que cada vez los postergábamos más. Hacía un día muy bonito, cruzando la región de Véneto. La llegada a Venecia es hermosa, van apareciendo  lagos entre las ciudades, hasta que llegas al mar! Y el tren sigue por una carrilera entre agua, hasta la estación de Venecia, que queda al frente de la “avenida”, el gran canal. Salimos con toda la emoción del caso. Se imaginan? Al frente de la estación hay una placita, y luego el canal, a un lado de esa placita había un kiosco de información turística, hicimos la fila, queríamos comprar el pase de 12 horas de vaporetto, el busecito veneciano, que por supuesto, es un barco. Pero de estar en la fila y captar conversaciones y luego leer carteles nos enteramos que ese dia, justo ESE dia, los vaporetti se unian a la huelga de transportes de Italia! La misma que nos había recibido en Milán. 
Hay veces que uno tiene suerte en estos viajes, y le toca un 14 de julio en Francia, o un museo gratis porque va el día que era gratis, pero hay veces que definitivamente: el día que uno va a Venecia y que estén en huelga! Pero claro, podia ser peor, podria estar lloviendo, y no era el caso. Leí en estos dias que visitar venecia bajo lluvia en un desastre, y debe ser, peor que no tener vaporettos. Ah, entonces uno le preguntaba a la chica cual era la alternativa, y ella decía: pues yo creo que la alternativa es caminar. No siendo más obvia la respuesta nos sentamos a ver que hacíamos.
Caminar de hecho no era mala idea, porque aun con Vaporettos la forma de conocer Venecia es irremediablemente caminando, el problema es  que aun las largas distancias las teníamos que hacer a pie, y que había que buscar los lugares de cruces de los canales, que no son una cantidad, el gran canal tiene unos 3 puentes apenas. Y obviamente quedaban excluidos paseos a las islas Burano y Murano, a las cuales no hay puentes, y finalmente exigía una buena planificación de ruta, porque para visitar dos cosas que estaban una al frente de la otra tocaba darle toda la vuelta a la ciudad.
Así que organizamos el paseo: Puente Rialto, Plaza San Marcos, pasar al otro lado del canal, y emprender el regreso, porque a esas alturas íbamos a andar en el lado opuesto de la estación, y el último tren salía a las 7 de la tarde.
Fuimos caminando, cuando nos dimos cuenta que por ponernos bonitas, se nos había olvidado que a las iglesias no dejan entrar si uno está con los hombros destapados, o con chores, lo que es digamos, entendible, gracias a las pintas que la gente puede llegar a ponerse, aunque no sé que tan grave vaya a ser entrar a ver una iglesia así. Además de que la norma permite ciertos absurdos, porque una mujer con minifalda entra sin problemas, mientras que otra que tenga una bermuda, mucho más decente, tendrá dificultades. O una que tenga una blusa que tape los hombros pero con un escote enorme, entra más fácil que la que tiene una delicada blusa de tiritas. Pero en fin, nuestro punto era que cuanto más nos acercáramos a San Marcos más caros iban a ser los chalcitos, porque la necesidad tiene cara de perro, entonces más valía comprarlos ahí lejos. Y los compramos. A 5 euros, después de haberlos visto a 7.
Y seguimos nuestro camino, o en la medida de lo posible, porque papá nos había advertido, en Venecia es casi imposible no perderse. Pero perderse en Venecia, ofrece oportunidades inimaginables. Cada pequeño panorama que uno se puede encontrar entre las callejuelas sin salida, los edificios apeñuscados, y los canales pequeños con las puertas de las casas húmedas abajo es toda una maravilla. Y si uno ha visto películas en Venecia, que no faltan, hay una constante sensación de dejávu. Nosotros íbamos pensando en El Turista, pero hay muchas otras, por supuesto.
Pasamos por el mercado de Venecia, y de ahí al puente Rialto no es nada, y decidimos buscar para almorzar. Le teníamos miedo a los valores de todo en Venecia, pero al fin nos encontramos un pequeño restaurantico donde había una pasta decente. Compartíamos mesa con los pajaritos, literalemnte, pero estuvo todo muy bien. Al lado se nos sentaron dos encachacados discutiendo quien sabe qué negocios.
Luego del almuerzo pasamos el Rialto, tuquio de gente, viendo las tiendecitas, sobretodo de máscaras del carnaval, vidrio murano, y suvenires chinos. El próximo destino era La plaza de San Marcos. En cuanto a los suvenires, en la segunda ciudad empiezan a ser tan repetitivos que ya no provoca comprar nada, y otro buen antídoto para el consumo, era tener el equipaje justo. Todo lo que se comprara antes de costar, pues ocupaba espacio y se carga en la propia espalda. Asi que a mirar con los ojitos. Llegamos a San Marcos después de observar algunos caminos más, y buscar los puentecillos para atravesar las “calles”.
San Marcos es bonito porque es un espacio grande, y abierto, que no se encuentra a toda hora en Venecia. Y observen la maroma: nos íbamos acercando a la fila de la Catedral, observando inicialmente, para ver si entrabamos, si esperábamos o que hacíamos. Venecia concentra, aun en días de huelga, bastantes turistas, muchos de los cuales quieren ir a la Catedral, así que la fila tenía cierta dimensión. Pero sin calcularlo, y casi sin percibirlo justo cuando estábamos evaluando la situación, unos tipos estaban organizando la fila justo para donde nosotros estábamos paradas, así que terminamos incluidas en la fila, bastante adelante.
Resulta que al entrar a la catedral, regalaban “tapa-rabos” para el propósito aquel de taparse los hombros, o las piernas, así que no hubiera sido necesaria nuestra compra. Pero en cualquier caso, por lo menos los nuestros le salían a la ropa! Una cosa medio triste, es que la entrada es gratis, pero una vez dentro ver cualquier cosa además de la nave central, incluido el altar, cuesta, con lo que decidimos no ver nada más, y salimos a buscar novedades.
Hay que contar que cuando mis papás fueron a Venecia a su paseo de enamorados, les tocó decidir entre un café en plaza San Marcos, o un paseo en góndola. Historia esta, que se cuenta desde que una de nosotras hizo la pregunta: papi, ustedes ya fueron a Venecia? Y desde que uno se pregunta como hace la gente para salir a la calle en venecia. Ellos escogieron el Café, nosotros ahí, decíamos: un café? En este sol desolador? En esta plaza? Obvio el café en ese sitio es la usura, así no sea un muy buen café, aunque no doy fé de qué tal sea. Pero en todo caso, como Susana y yo no estábamos entre tales opciones no teníamos semejante dilema en frente. Lo que si es que nuestra idea de que todo en Venecia es absurdamente caro viene de ahí.
Nosotros decidimos que una buena idea era ir al campanario ver a Venecia desde arriba ya que gracias a la huelga el paseo se limitaba a un territorio bastante menor, así que era bueno vislumbrar todo desde lo alto. Estuvo chévere. Delante de nosotros en la fila iba una parejita súper enamorada, el man muy lindo, ella, no tanto. (De esas cosas  que te toca estar detrás de ciertos personajes, por turistas que somos los dos, y hay que tener paciencia en las filas, y de paso uno se detalla de la barra del pantalón al cuadro del cuello de la camisa del de adelante).
En el campanario mil ensayos fotográficos, encuentro con brasileños, lo que nos gusta hacer a Susana y a mi es despistar a la gente, los brasileños por lo general actúan como si nadie alrededor los entendiera, entonces Susana muy hábil le pidió permiso a uno en portugués, y el tipo quedo medio intrigado. De regreso al piso, dimos una vuelta, y volvimos a la plaza por un helado reglamentario que nos teníamos que tomar de postre. Casi no fuimos, y Susana casi me mata.
De ahí dimos una vuelta bastante larga, para llegar al otro lado del Gran Canal, por el segundo puente (el primero es el Rialto, y ya lo habíamos dejado atrás hace un rato). Y llegamos a nuestro siguiente punto, después de hermosas vistas, a las 5 en punto. Era una iglesia. Y nos tomamos un par de fotos, cuando íbamos a entrar, literalmente nos cerraron la puerta en la cara. Las visitas eran hasta las 5. Aprovechamos para una sesión más de fotos, y unas chicas españolas que andaban por ahí nos pidieron el favor de que les tomáramos una a ellas, en mímica, porque uno nunca sabe qué idioma habla el de al lado en estos sitios, y cuando ocurre que es el mismo que yo, es una alegría! Ahí, yo fui tomada por españolísima, después de un “de nada” o algo así.
En la punta de esa “cuadra” había una escultura rara-exótica: un niño desnudo, tamaño gigante, con un sapo en la mano. Inmaculadamente blanco. Pero lo más exótico de todo era el policía de gafas oscuras que estaba a su lado, que cumplía tan perfectamente su papel que por su postura daba susto acercársele a la escultura, él ponía cara de que mirarlo (a él y al niño) fuera prohibido. Sin decir absolutamente nada. Pero se ponía en una posición tal que uno quedaba apenado de dar la vuelta a mirar el niño por delante con su nudez, luego quedaba en duda si era prohibido tomar fotos. En todo caso con una aproximación lenta logramos hacer ambas cosas, yo en últimas creo que ese tipo estaba ahí para evitar cualquier roce entre los cuerpos humanos de todos los colores y la albura del niño con el sapo en la mano. Porque obviamente el primero que toque al niño, daña lo fundamental de la escultura que es  su impecable blancura. Pero podemos imaginar tambien que el tipo esté enamorado de ese niño, nunca se sabe.
Después de esto, nos encaminamos a empezar el regreso, teníamos prácticamente dos horas, pero estábamos lejos y bastante cansadas ya. Así que fuimos caminando entre un precioso mar, y la “rambla” (¿?) de Venecia, mientras atardecía. Susana tomo muchísimas fotos, y yo no siempre muy paciente. Descubrimos algunos recovecos y callecitas más, sitios más "residenciales" por asi decirlo, y nos encontramos el imán de mascarita que quería Susana y la cruz de vidrio murano que quería yo. Después de todo esto, compramos algo  para comer, y nos sentamos a esperar al frente de la estación, observando niños correr, palomas volar, y conversando.
Tomamos nuestro tren de regreso, y al lado nuestro dos chicos, que hablaban español, por algo que nos preguntaron seguimos la conversación, durante todo el viaje hasta Verona, eran dos jovencitos Mexicanos, que tenían el Eurail pass pero no sabían cómo usarlo, y habían estado 4 horas en Venecia que las habian utilizado comiendo mcdonalds, andando en gondola (¡a 100 euros la hora!), y comprando suvenires chinos, y no sabían muy bien para donde iban a continuación, para Paris, o para Turin, en donde tenian el equipaje! Mientras tanto nos hicieron un repaso exhaustivo de la política mexicana, que al parecer era su tema preferido. Pero bueno, estuvo chevere. De Puorta Nuova fuimos a comer, en el camino entre la estación y nuestro B&B, y ya muertas de cansadas llegamos a dormir, a las buenas camas que tenía el B&B por cierto.

Sunday, December 4, 2011

De los barbaros a los romanos, pasando por Suiza


He de confesar que de todo el viaje, este cruce que nos deparaba este dia, de Tubinguen a Verona, era lo que más me preucupaba, incluso antes de salir de mi casa, si me desvelé antes del viaje, fue por este dia. Por varias razones, primero porque se trataba del trayecto más largo en tren, y que incluía necesariamente más de uno o dos trenes. Segundo porque se trataba de salir de un lugar con idioma desconocido, a llegar a un lugar igualmente con idioma desconocido (para mi, no para Susana), y a un hostal al que había que anunciar hora de llegada aproximada. Y tercero porque además teníamos que cruzar por Suiza, que era la que estaba incluida en nuestro pase, y no por Austria por donde sería más evidente aparentemente.
Bueno, la verdad es que las preocupaciones se fueron demostrando una a una innecesarias, o por lo menos más sencillas. Varias de las cosas se resolvieron al reservar los pasajes, donde sin ningún problema me entendí en inglés con el operador de DB Bahn (trenes de Alemania), y no le pareció nada absurda la exigencia de cruzar por Suiza.  Ahora, ese tipo trabajaba para DB Bahn, y supuso que todo el trayecto se haría con la eficiencia con la que está acostumbrado. El máximo espacio de tiempo que teníamos entre los trenes que debíamos tomar era de 15 minutos! Saben que es 15 minutos para coger las mochilas, caminar a lo largo de los andenes y encontrar el siguiente tren y encima en alemán e italiano? Nada, son 2 segundos. Y ese era el máximo.
Isabel y Susana version 2
El intinerario: Tubinguen-Horb que fue la parte que nos ahorramos gracias a Alexander, tratando de evitar atrasos y perdida de trenes innecesarias, Horb-Zurich, en uno de esos trenes que casi  no tienen origen ni destino, simplemente surcan las ferrovías europeas como diseñando un enorme sistema circulatorio, deteniéndose en un conjunto de estaciones por ahí.  Luego Zurich-Milan, que era donde teníamos nuestros gloriosos 15 minutos, y por ultimo Milan-Verona, con probabilidad de llegada al destino a las 4 y pico de la tarde.
Con Alexander tuvimos un entretenido camino a Horb, mientras la niebla de la mañana se fue despejando y nos mostró nuevos paisajes y el comienzo de la Selva Negra, Alexander nos contaba cómo Horb era una ciudad “importantísima”, porque allí había nacido él: “Horb muy importante, nació a Horb” señalándose, shun!. En la divertida mescla de español e italiano, también nos contó que no podía esperar el tren con nosotros, hasta las 8 pasadas, porque tenía una reunión con la Oveja, es decir, con el Obispo, dijo que cuando pensaba en decir obispo siempre se le olvidaba la palabra y se le venía la palabra oveja, aunque no estaría mal que el obispo hiciera las veces de oveja de vez en cuando.
Nos despedimos en la “gran” estación de Horb que tiene 3 andenes, Alexander nos confesó que le daba pesar decir adiós. Nos sorprendió bastante esa despedida casi calurosa. Y nosotras y nuestros paquetes nos pusimos a esperar el tren en la fría mañana. Vimos como llegaba puntalmente el tren que venía de Tubinguen que debíamos haber tomado, y abordamos el nuestro sin problemas.
Suiza es Suiza, la neutral, la que no hace parte de la UE, etc y Suiza es Suiza porque está entre Alemania e Italia. Les explico nuestra teoría: Los españoles y los franceses comparten fronteras, y aunque son notablemente diferentes, comparten una cierta sensibilidad artística, una cierta bohemia, un cierto desquicie sano. Los alemanes y los franceses comparten frontera y toda una idea cartesiana de rectitud y productividad, Francia y Inglaterra no se parecen en nada, pero para eso es el canal de la mancha. Ya Alemania e Italia, son dos polos positivos que se repelen, tienen un poco menos que nada en común,  y para eso existe Suiza ahí en la mitad. Suiza es un cambio gradual de la germanicidad a la italianicidad. (y me pueden tirar todas las piedras que quieran por el anterior conjunto de afirmaciones simplistas, más si son suizos, lo que sí es verdad es que Susana y yo pudimos gozar barato pintándolo asi!).
Por eso también en mitad de viaje (si en avión es vuelo como seria para el tren?) pasaron unos policías suizos pidiendo pasaportes. Hasta aquí nuestros pasaportes solo habían sido interesantes para los españoles del aeropuerto, pero claro, suiza es un mundo aparte. Estos inquisidores, preguntaron un par de cosas, y por ultimo dijeron que cuanto tiempo nos quedábamos en Suiza, y le dijimos, señores, llegamos a Suiza y seguimos para Italia, en suelo suizo estaremos menos de 30 minutos. No fue exactamente así, pero en todo caso el dato  los dejó muy tranquilos.
Llegamos a Zurich, hicimos nuestro cambio a la lata, y cuando llegamos al andén de el tren para Milán, estaba vacio, sin tren y sin gente, o-ou, y encima anuncian en un clarísimo alemán por micrófonos justamente el cambio de andén del tren para Milán. Aja…. . Un señor nos vio la cara de interrogación  que teníamos pintadas las dos, y antes de que le preguntáramos cualquier cosa nos indicó el nuevo andén. Llegamos, nos montamos al tren, y asistimos un atraso de 20 minutos para la salida del tren de Trenitalia. Saben que significan 20 minutos? Que son más que 15! Por lo tanto que perdíamos nuestro tren en Milán! Eso es otra cosa de los trenes, si uno se te atrasa, ya sabes con que atraso vas a llegar, desde el principio, así de sencillo. A priori ya se sabe que atraso se tiene hasta el final, y nada que hacer.
Asi que disfrutamos nuestro cruce de los Alpes, entre túneles muy frecuentes, y carrileras que sumadas al pequeño río y a una carretera ocupaban todo el espacio de los estrechos valles. Una rápida visión de paisajes de rompecabezas seguidos el uno al otro, separados por los tuneles.
Hasta que llegamos a un sitio llamado Lugano, todo ya estaba escrito en italiano, pero saben qué? todavía era Suiza. Lugano se ve provocador, un lago enorme, con una ciudadcita pegada de las encuestas al borde del lago. Una vez más en el tren pasaron los policías, no los mismos, pero estos nos miraron y decidieron no inquisitarnos, les caímos bien. Después de Suiza  volvíamos a la UE, y llegábamos al país de Berlusconi.
Milán. Salimos, y vimos que efectivamente ya habíamos perdido el tren para Verona, ahora, el problema consistía en saber que podíamos hacer. De todas las estaciones por las que ya habíamos pasada, la venta de tiquetes en ninguna quedaba en un lugar tan inaccesible y escondido. Y sobre todo no estaba tan exageradamente llenas. Bueno, un momento de estress, y nos  enteramos que el problema se llamaba huelga, Italia estaba en huelga ferroviaria! Por eso nuestro atraso también, y por eso el desorden con el que fuimos recibidas. Susana muy hábil, y con la gentileza de una señora, logró encontrar un sitio donde le dijeran alguna solución, porque en lo de tiquetes podríamos quedarnos sin exagerar 4 horas en la fila. Fueron momentos tensos, porque implicaba separarnos y esperar una por la otra. Lo logramos. Le dijeron a Susana que podíamos coger el siguiente tren para Verona.
Eso fue lo que hicimos. Y en medio al viaje, el controlador dijo que ese tiquete era de otro viaje, y Susana: si, pero vea, y el tipo: no se podían montar en este, hasta que por fin nos captó la idea del atraso del tren anterior, y ya si nos dejó todo contento: ah, venían de Zurich! Haberlo dicho desde un principio.
Después de todo esto, Verona Porta Nuova!  Y a buscar el hostal. Sabiamos que era fácil ir a pie, o que podíamos coger un bus, el problema era para dónde coger. Yo indiqué el primer camino, y me equivoqué, volvimos a ver el mapa, y Susana esta vez indicó el camino correcto. Donde yo ya sabía para dónde coger. Todo esto no sin un poco de puyas, y uno que otro empujón recíproco, y claro, aburrición final. Yo segui, con una Susana no muy confiada atrás, y con nuestras amadas mochilas a la espalda. Y asi, llegamos a la recepción del hostal, que era a una cuadra del hostal en si. Que en la verdad era un Bed and Breackfast, y que era un cuarto para las dos, muy cómodo, y afuera un baño compartido con otro cuarto, y la cocina donde todos los días teníamos el desayunito. Cansadas y aburridas recíprocamente, nos echamos un rato. Y luego fuimos por un Kebab salvador, el numero 3 o 4 del viaje, antes de volver a dormir, para un maravilloso dia que nos esperaba al otro dia.

Wednesday, November 2, 2011

Apotheke



Cuando estábamos en Metz, o aún en Londres, me corté las uñas de los pies, porque resulta que ni viajando uno puede dejar de hacer ese tipo de cosas tan comunes y corrientes… ojalá! Y como de costumbre, no me las corté de forma óptima, con lo que el exceso de uso de zapato cerrado, más la caminada, más la lluvia muy asidua por esos días que dejaba el pie muy húmedo, terminó despertando un uñero que tengo ya hace un buen tiempo, pero que andaba controlado cuando empezaron las peripecias. Y resulta que ya a estas alturas de la vida la uña enterrada esa ya era una cosa bastante asquerosa e infectada, que más que fea a la vista el gran problema era el dolor que me daba caminar así. Y con las caminadas en Stuttgart había terminado de empeorar. 
Y yo tenía la cura: agua oxigenada + algodón + isodine por un par de días, y no medias, sencillo. Lo que no era sencillo era explicarle a Angelika que no tenía que ir al médico (cualquier médico me haría parar de caminar, cosa que no podía dejar de hacer, y si se atrevían a hacerme algo, ahí si me dejaban sin caminar, y yo estaba a 10 dias de AHE, no podía tener un impedimento de esos) y que además necesitaba esos sencillos medicamentos. Pero vaya a saber en alemán! Ese día entonces, el último en Tubinguen, acompañé a Angelika a mercar, que mercan en una especie de cooperativa muy cerca de la casa, me fui en chanclas a pesar del piso mojado y de el frio que seguía haciendo. Compramos más frambuesas, qué ricooo, y panes para el fiambre del día siguiente que era el viaje a Italia.
El día que habíamos ido a Tubinguen habíamos dejado un libro, un encarguillo, pedido en una de las mil librerías de Tubinguen, que había que recoger, y Susana y yo queríamos ir por un regalito original para mi Papa, que también habíamos visto el otro día. Así que después de almuerzo, cuando Santiago llegó del colegio, nos fuimos las dos para Tubinguen. Con ajuda de Google Translate, hice una lista de las tres cosas farmacéuticas, y por si acaso de sus principios activos, a ver si me hacía entender. Apotheke es farmacia, empezando por ahí. En todo caso, fuimos, super juiciosas en el bus (no sabemos si pagamos de menos, o demás, porque no le captamos la idea a la maquinita de los tiquetes.) y nos bajamos en el centro de Tubinguen.
Una especie de Libro-banco-escultura
Fuimos a la librería por el libro, y nos tocó dar un par de vueltas, porque decíamos que queríamos tal libro y nos mandaban para abajo, abajo decíamos que ya estaba reservado y nos mandaban arriba, arriba al fin no lo daban pero había que pagar abajo. En fin, con esas, nos terminamos encarretando con un mostrador de imanes que se veía que tenía cosas chistosas, pero que no entendíamos, entonces hicimos lo siguiente: Susana fue por un diccionario Aleman-Español y cada una escogio 3 o 4 mensajes que le interesaran, sin mucho criterio: o las letras o el dibujo, y nos dimos a la tarea de traducirlos. Pasamos un muy buen rato asi. Nos divertimos mucho. Como decía un amigo en estos días, los seres humanos se igualan por su ignoracia….Susana y yo ahí estábamos profundamente unidas y además sacándole jugo a nuestra mutua ignorancia germánica.
Luego de escogidos los mensajes, fuimos a pagar. Y al salir casi dejamos el paraguas (a la entrada de las tiendas hay un porta paraguas), de no ser porque empezó a lloviznar y nos acordamos. Ahí a Susana le dio por tomar fotos bajo la lluvia, lo que no es precisamente fácil, sobre todo si uno quiere tomar fotos y sostener el paraguas al tiempo, y tampoco fue fácil para mí, su ayudante, sostener dos paraguas al tiempo, y el de ella en la posición correcta. Además confieso que el dolor bajo el cuero de mi zapato izquierdo disminuía algunos grados mi paciencia, aunque yo sé que nadie tenía la culpa de ello.
En todo caso, haciendo memoria del camino, y con la ayuda de un mapa si no me equivoco, fuimos a la tienda de las gomitas (había gomitas de todo lo que se puedan imaginar, incluso con forma de cerveza) donde estaba el regalo de mi papa, que habíamos dudado en comprar por estorboso, pero bueno, original al fin y al cabo. Cuando la maleta la trasportas tú, lo más literalmente posible, y la organizas en promedio una vez a cada 3 días, todo es potencialmente grande, estorboso, pesado e inútil. E incluso te convences que con menos ropa puedes vivir. Yo estuve tentada a dejar ropa en un par de ocasiones. En todo caso, hay ciertas cosas que no se pueden dejar pasar, y un mug con un sudoku pintado con una tiza para completarlo era una de esas cosas.
Y por último: Apotheke! En la primera la señora no se comunicaba muy bien en inglés, le pregunté por algodón, y nada, agua oxigenada y nada, y isodine, que en ultimas traduje como yodo, ese como que si le sonó! En la siguiente farmacia encontramos el agua oxigenada, que salió con la formula química. Y lo más difícil fue hacernos entender por algodón y esparadrapo. El esparadrapo lo consiguió Susana a fuerza de mímica, que hay que reconocerle que es más tesa que yo en la comunicación no-verbal y en no ser penosa,  y el algodón toco ir al supermercado y comprar una bolsa de algodón, porque ese, quien creyera, nada que pudimos.
Hechas las diligencias, volvimos a la casa. Susana se pegó una despistada con el bus, creyó que nos habíamos bajado después. Pero bueno, sanas y salvas volvimos. Cuando llegamos Santiago andaba afuera andando en bicicleta, aun con la lloviznita; ya oyeron hablar en disciplina? han visto un video que dice que lo que tienen los del primer mundo es de eso: disciplina? Pues eso es. Ponerse a los 8 años un impermeable y salir a dar la habitual vuelta en bicicleta por la tarde. No hay disculpas.
Y nosotros llegamos a organizar nuestras mochilas, nuestro deporte casi favorito. Aunque eso es toda una cuestión de práctica, “como todo en la vida”, creo que a  estas alturas en media hora a teníamos todo más que arreglado. Yo me hice la cura en el dedo, y lo que compré se veía y olia como isodine, asi que creo que es algo por el estilo.
Por la noche nuestra última comida con nuestros queridísimos anfitriones, y antes que Santiago fuera a la cama una sesión de fotos. Nuestro tren en principio salía a las 7 de Tubingen hacia Horb, y llegaba 5 minutos antes de que saliera el de Horb hacia Zurich, y con tal de no arriesgar, Alexander se ofreció a llevarnos directamente a Horb, un poco más temprano que el tren, pero con la seguridad que no lo fuéramos a perder. Y eso sí, cuando nos proponían un horario para salir, había que ser muy puntuales. 3 minutos son 3 minutos, ni más ni menos. Así que para al otro día no arriesgar, nos bañamos por la noche.

Monday, October 17, 2011

De autos y zapatillas (de A a Z)

El martes fue el día de ir a Stuttgart. Angelika trabaja allí. Entonces nos fuimos en carro con ella, el trayecto que en tren es de 2 horas, en carro por autopista se puede hacer en 1hora y 30 más o menos. Claro que es una autopista con bastante flujo pues Stuttgart es la ciudad más grande de la región.  Nos levantamos con el pie izquierdo, con una serie de pequeños inconvenientes por la mañana pero por suerte todo fue mejorando rápidamente.
La abuela de Santiago, que vive en Stuttgart, ese día hacia el camino inverso para quedarse con Santiago por la tarde, por eso no la pudimos conocer. Llegando a Stuttgart, Angelika nos acompañó al metro para comprar los pasajes, muy querida, y luego se fue a su trabajo. Nosotras fuimos camino a las afueras de Stuttgart para visitar el museo de Mercedes-Benz, que tiene fábrica allí. Caminamos del metro al museo, y al voltear la esquina, un edificio absolutamente espectacular.  Observamos las afueras, y la entrada y por fin entramos. El museo es un lujo! Por 4 euros, precio para estudiantes, puedes visitar el museo con audio guía incluido! Y eso es por todo el dia, lo que te da derecho a dos entradas, una por la mañana y otra por la tarde.
Son 8 pisos de exposición, muy bien montada. Funciona asi: pagas la entrada, y das a un hall gigante medio triangular y arriba en el techo (de los 8 pisos) está parte de la estrella de Mercedes-Benz. En cada uno de los lados del medio triangulo ese, hay un mostrador, por el cual se hace la fila para recibir el  audio guía, que nos atendió súper querida una señora, en español y todo, y luego de eso pasas a un ascensor que parece una capsula,  todo redondito, que te lleva directamente al 8°.  Y ahí sales a uno se los brazos de la estrella que se veía en el techo desde abajo, y entras a la primera sala de la exposición.
La exposición está organizada cronológicamente, entonces empiezas directamente con el primer carro inventado en el mundo! Además coincidimos con la celebración de los 125 años de la patente del automóvil, concedida a la invención de  Carl Benz, que era justo la que teníamos al frente, y a modo de celebración pusieron a lo largo de la exposición, muestras artísticas con alguna relación al automóvil. Ahí además del primer carro, se puede ver la biografía de los 3 hombres importantes para la historia de Mercedes Benz y del automóvil.  Es muy raro pensar que esas cosas solo existen hace 125 años! Quien se imaginaria el mundo de hoy en día sin carros???
La exposición es sumamente interesante, vas mirando modelos de carros, y oyendo las explicaciones sobre cada uno. Y casi sin darte cuenta te vas dirigiendo al siguiente piso que ya corresponde a los primeros modelos fabricados en serie. Entre los pisos hay rampas, con lo cual no hay que bajar escalas, y en las rampas la exposición se concentra a mostrar una visión general del mundo es esa época, entonces mientras conoces la historia del carro, vas repasando la historia del último siglo también. Y entre los modelos significativos de cada época, hay salas intermedias temáticas, entonces una dedicada a los vehículos de servicio público: buses, bomberos, ambulancias…, otra dedicada a vehículos que se han hecho famosos en cine o en el mundo farandulero, incluidos el papamóvil y el carro de Lady Di. Otro es sobre camiones, y así. Y así vas bajando piso por piso, mientras se acerca al modelo de automóvil de hoy en día. Además en cada piso, están organizados los carros de una forma original, con toda una escenografía para ellos, y en cada época también hay una parte dedicada a las cuestiones técnicas de los carros exhibidos.
Con tal oferta, no valía la pena pasar a la carrera por el museo, y cuando íbamos escasamente terminando el 7 piso ya era hora de ir de regreso al metro para encontrarnos con Angelika, que habíamos quedado de almorzar con ella. Así que regresamos, pero con la decisión de volver en la tarde, aunque el plan original era ir a un museo de Arte de Stuttgart.
Nos encontramos con Angelika y almorzamos bastante bien en un comedor hecho para los funcionarios públicos. Una cosa súper bacana, además la comida era bastante buena. Por suerte nos hizo un día lo más de bonito. Le contamos a Angelika que volvíamos a Mercedes Benz, y allá regresamos después de almuerzo. A seguir viendo modelos de carros, y resumen de historia universal. La verdad es que muy muy bacano. La idea que queda es que los carros nos pueden prácticamente contar la historia del último siglo. El último piso es dedicado a los modelos más recientes, y al gran reto del automóvil de hoy en dia que es como funcionar sin emitir gases nocivos a la atmosfera. Queda el planteamiento y dos intentos que se han hecho.  La última sala intermedia estaba dedicada a una exposición artística así que tuvimos la cuota de arte plástico también. Y por ultimo, ya después de haber entregado el audio guía, estaban los carros de carreras. Y la tienda de souvenirs.
Cuando salimos, un poco antes que cerrarán el museo, estaba empezando a lloviznar.  Justo en la entrada nos encontramos a un grupo de japoneses todos encachacados que nos pidieron el favor de tomarles una foto con el bus antiguo que estaba ahí parqueado, nosotras todas en pinta súper turística. Les tomé la foto, y en cambio se ofreció uno de ellos a tomarnos una, se ve que para los japoneses eso de la retribución es super importante, casi que te dicen, usted me toma una foto si le tomo una a usted? Y nos fuimos al metro para volvernos a encontrar con Angelika.
Resulta que Angelika había comprado boletas para el ballet de Stuttgart desde hacía mucho tiempo, y ese día teníamos entonces nuestra función.  Acompañamos a Angelika a hacer un par de vueltas antes, todo a pie, y nos fuimos para el teatro. Ya para esas alturas estaba lloviendo en forma.  Die Kameliendame, era el nombre de la función (la manifestación, como decía Angelika), era una tragedia, de una señorita que está enamorada de otro distinto con el que se va a casar, y alguno de los dos tiene una enfermedad grave, y el papá de ella está involucrado…. enfin, de la historia se enteró más Susana. Pero en todo caso fue una presentación súper bonita. Valió muchísimo la pena haber estado ahí. Además le daba el toque artístico a nuestro día técnico entre carros. Al final Aneglika se encontró con la hija de los vecinos y dos amigas que también habían estado ahí, y tan de buenas, que les ofreció llevarlas hasta Tubingen.
Cuando salimos del teatro  sí que llovía. Y teníamos que caminar hasta el metro, para ir por el carro, donde lo había dejado Angelika, Susana y yo que andábamos con dos paraguas les prestamos uno a las niñas y nos quedamos con uno. Y saben qué??? Tener la boleta del espectáculo te permite andar en metro 2 horas antes y después de espectáculo sin pagar tiquete!  Nunca se me hubiera ocurrido algo asi.
Llendo a Tubingen charlamos un poco con las niñas estas, y llegamos casi que derecho a la cama luego de un día tan completo.

Monday, October 10, 2011

Himbeere

Piet Mondrian en 3D

El domingo descansamos. Pudimos dormir toda la mañana, mientras la familia iba a misa. Fue muy bueno. Cuando llegaron almorzamos y de postre, chocolate con gomitas que hizo Santiago alguna vez. Pusimos a lavar la ropa, que ya hacía falta, y sobre todo los busos que llevaban una semana de uso intensivo.
Por la tarde salimos con Alex, que nos llevó a un museo muy bacano, mantenido por una fábrica de chocolates! Es decir, los dueños de tal fábrica tienen una colección y mantienen un museo. La exposición que nos tocó fue de puros cuadros con temática de cuadritos, todos tenían cuadrados porque además el chocolate Ritter solo se vende en cuadrados, de distintos tamaños, pero cuadrados. Susana vio una escultura y dijo: mirá Piet Mondrian en 3D, y al rato cogimos audio, y en las mismas palabras prácticamente describían la obra. Muy chévere! Y la tienda del museo también es súper bacana, hay cosas muy inusuales. El chocolate que había hecho Santiago fue allí, porque los niños en vez de ir al museo pueden ir a fabricar su propia barra de chocolate.
Museum Ritter
 Ese dia lloviznó todo el día, e hizo bastante frio. Por suerte Angelika me había prestado un buso muy calientico. Por eso el plan de museo estuvo apenas. 
Del museo fuimos a una abadía, ahora me falla terriblemente la memoria, pero era una abadía de monjes cistercienses protestantes, y tenían que ver algo con los monjes de Cluny, abadía por la que habíamos pasado cuando estuvimos en Taizé. Algo así, espero no estarles diciendo muchas mentiras. El cuento en últimas era que esos eran los protestantes de los que habíamos visitado en Francia, o algo así. Igual ambas están vacías ya. Pero nos fuimos a visitarla. El audio era como si fuera un futuro monje, que va mostrando y comentando los ambientes del claustro, y comenta que se hacía a diario, entonces medio que te transporta al momento donde aquel lugar estuvo lleno de monjes, e incluso te puedes imaginar el frio que se sentía, porque buena parte de la explicación correspondía a la calefacción que tenían o no tenían las habitaciones.
Fue bastante interesante.   Y conversar con Alex también. Cuando al fin llegamos a la casa teníamos mucho frio, y estábamos bastante cansadas de las andanzas. Comimos, delicioso y típico, como siempre, ese día probamos los prezzels. Y nos fuimos a dormir.
Claustro
El lunes Santiago tenía clase todavía. Entonces por la mañana estuvo en el colegio, que queda a algunas cuadras de la casa  se va en bicicleta, y nosotras nos fuimos a conocer Tubingen con Angelika. Recorrimos calles, y nos contó de edificios, paisajes y casas. La universidad de Tubingen tiene a muchos notables en su lista de exalumnos. Ahí, como creo que en toda Alemania las iglesias son protestantes o católicas por igual, entonces la que parece ser la catedral, puede no serlo pues es una iglesia protestante. Por todo eso Tubingen sigue siendo un sitio muy interesante, hay librerías por todo lado, incluso una solo para clientes mujeres. Y es muy linda también, al borde del rio Neckar, hay una casa de un viejo poeta, que es sitio obligado, y en el rio ha barquitos que se empujan con palos largos porque no es muy profundo. Parece una ciudad de cuento.
Tübingen
Por la tarde después de almuerzo nos fuimos a un castillo! Un castillo de verdad. Que queda en la cima de un bosque y ese dia bajo un cielo nublado. Donde todavía vive gente! Y también dejan entrar turistas a una parte. Para llegar allá había que subir una infinidad de escaleras.  La más célebre habitante de ese castillo fue una duquesa, o algún titulo de esos,  Augusta.  La visita fue en alemán, porque no había mucho de otra, la de inglés a había sido. Entonces toco ir haciendo de cuenta que íbamos captando alguito, con ayuda de Angelika. Santiago se disfrazó de rei! Y vimos las joyas del castillo. Cuando terminamos la visita hacia un viento terrible.
Nada mal la listica.
Volvimos a Tubingen porque Santiago tenía clase de música, lo dejamos allí,  nos fuimos a la casa. Susana había empezado a recibir los documentos de preparación para Orvieto, y también el guión de una obra que iba a participar en Arte, Humanismo y Espiritualidad. Que tenía que empezar a echarle ojo. Al rato llegó Santiago, que lo recogía el abuelo de su amigo, y Alex, y cenamos. Yo ya a estas alturas estaba adquiriendo un verdadero vicio a las frambuesas y a las blue berris que teniamos siempre frescas en la mesa. La verdad es que las frambuesas son algo del otro mundo, suavecitas, con pielcita de terciopelo, dulces, y de un color que parecen mentira. Hasta aprendi a decir en alemán: Himbeere, el problema es no confundirlo con Bier, cerveza.
Burg Hohenzollern
Susana le ayudó a Santiago con unas tarjetas para sus profes y yo le conté que conocía una canción con su nombre: Fray Santiago, que por supuesto también existe en alemán, entonces le gustó mucho. La cantaroleaba por ahi.
Esa noche antes de dormir leímos la obra de AHE, y nos divertimos un buen rato, a risa tendida algunos momentos, imaginando, aun sin rostros, como seria tal obra. En la casa se acostaban muy temprano, entonces por lo general nosotros nos quedábamos un rato despiertas más por disfrutando de nuestra compañía.

Friday, October 7, 2011

Aventura en Alemán

Nuestra jornada para pasar a tierras germánicas empezó muy muy temprano… tal vez fue el madrugón más terrible de todo el viaje. El tren salía a las 6:32, lo que significaba que teníamos que estar un tris antes en la estación,  y que nos movíamos con mochilas, lo que implica, creo que ya les había dicho, una buena dosis de lentitud. A esa hora, que en Europa es mucho más temprano subjetivamente que en Medellin, no había buses de la parada más cercana a la casa de Maria… lo que significaba que había que ir a una un poco más lejos, que ya habíamos comprobado que tuviera buses a eso de las 5:30 de la mañana un sábado en temporada verde (vacaciones). Demasiadas variables.
Pusimos el despertador. No se si ya les había dicho, pero el celular que compramos venia con un aterrador despertador que decía con el mejor acento español en clara y sonante voz: “Son las … horas y … minutos, es hora de levantarse” ya aunque reconozco que era terrible, me aseguraba que no me quedaba dormida, y aunque Susana me dijo unas varias veces que lo cambiara yo le dije que era preferible eso que no llegar. Pero ese día no fue eso lo que sonó, sonó el teléfono común, era una llamada desde Colombia, mis papas, recordándonos que era hora. Reconozco que me pareció medio raro, porque el despertador no cobra por despertar, pero el roaming si por llamar, o que te llamen, y nuestros créditos españoles estaban empezando a agotarse. Enfin… al ratico sonó la vieja esa, y procedimos diligentemente a vestirnos (el baño sinceramente no me acuerdo si lo hicimos en la noche o simplemente nos lo saltamos…. Algo como los franceses había que hacer…) Tomamos nuestras mochilas y cada vez más entrañables compañeras de viajes, y Maria se dispuso a acompañarnos a la parada de bus.
El bus llegó casi puntual, por suerte, y llegamos con suficiente tiempo a la Gare. Creo que incluso el tren llevaba un par de minutos de retraso. Hacia frio, como buena costumbre en Metz. Ibamos a Strasburgo, para allí hacer la conexión a Stuttgart. Viaje conocido. Igual lo que hicimos fue entregarnos al sueñito rico de la mañana. A Strasburgo llegamos, y decidimos sentarnos afuera en la cosa de vidrio esa, para calentarnos. Teníamos que esperar un rato. Como teníamos sellos franceses, compramos unas postales para enviar. Y estando en esas, miro las reservas del tren a Stuttgart,  me doy cuenta que eran reservas de primera clase. Si habían sido más caras que las reservas normales, pero nunca nos habíamos fijado. El problema se encontraba en que el pase era de estudiante=segunda clase. Y que aunque pagaras reserva de primera no era válido. Oh problema! Como convencer a la SNCF que hombe, no quiero viajar en primera, aunque tenga esas reservas?! En información me dijeron que directamente con el controlador. Y para eso había que esperar que informaran la via del tren. Cuando la informaron, subimos y le expliqué al señor nuestro problema, generado además por un error de la vendedora en Metz, que si le quedaba duda que éramos segunda clase tenía que haber preguntado y no emitido un tiquete asi. El señor que fue bastante amable dijo que nos hiciéramos en segunda, y que cuando pasara a revisar el ponía la nota de que eso solo valía en segunda. El excedente pagado quedo en los aires.
Ese tren ya era un tren DB, la compañía alemana. Era además un tren que cruzaba medio mundo, su destino final era casi en Austria. Otro viaje tranquilo más. Y llegamos a tierras de lenguajes desconocidos.  Lo primero que teníamos que hacer era preguntar por el siguiente tren a Tubinguen, nuestro destino final. No problems, en inglés nos defendimos, y nos enteramos del tren que iba a Tubingen, que salía en pocos minutos de la via.. la que fuera.
En Tubingen nos esperaban Alexander, Angelica y Santiago. Los conocimos hace dos años en Medellin, cuando Alex y Angelica fueron a adoptar a Santiago. Tubingen es una pequeña ciudad universitaria, lo que significa que buena parte de su población tiene que ver con la universidad, ya sea docentes o estudiantes. Por eso es una ciudad muy interesante, porque es muy fresca, llena de jóvenes, donde el transporte más común es la bicicleta. Hay millones de bicicletas por todas partes. Alex y Angelika estudiaron en esa universidad, y ahí se conocieron, y también de ahí conocen el amigo común que nos indicó cuando fueron a Medellin. Son teólogos.
Nos esperaban en la estación del tren Santiago y Angelika. Santiago tenía ganas de vernos. Pero entendiblemente ha olvidado el español, para hablar un excelente alemán y haberse adaptado a su nueva vida. Claro que su pinta lo delata, podríamos pasar por más alemanas Susana y yo, sin hablar una sola palabra, que el Santiago. De la estación fuimos a su casa. Donde almorzamos deliciosamente. Todo es muy metódico. Rezar, comer tal cosa, comer la otra cosa, postre.  Y en el postre decidir a donde vamos. Todo parece rigurosamente cronometrado. El plan de ese sábado era ir a Aventura en los arboles! Mientras Alex salía para un compromiso importante de trabajo.
Nos fuimos a la tal aventura, una hora de carretera de su casa. Íbamos oyendo canciones infantiles en español, DJ Santiago, era una buena forma de comunicación, porque el oye mucho esos CDs,  y al no podernos comunicar de otra forma, cuando cantábamos nosotros era una forma de hablarnos. Además le explicábamos a Angelika las historias, y ella le traducía a Santiago. Angelika habla bastante bien el español. Así que el lenguaje esta vez se adaptó a nosotros.
En la aventura nos dieron el cursillo de supervivencia, en alemán a Angelika y Santiago y en inglés a nosotros. Toco estar muy atentas, porque de saber cómo poner los arneses dependía la seguridad a 20 metros de altura.  Y bueno, nos montamos a empezar por los más fáciles, los 4 juntos, porque los circuitos dependen de la edad. Fue muy muy divertido. Había todo tipo de pruebas. Si te pillaban con los dos arneses sueltos te daban tarjeta amarilla. Yo pillé a Susana, que me mira perpleja,  yo al otro lado: OJO tarjeta amarilla. Ella misma se asustó, y como ningún instructor la vio, así quedó. Santiago era todo un experto para las pruebas. El ultimo circuito lo hicimos separados, Susana  y yo en uno para mayores de 12, y Santiago y Angelika en otro. Santiago tiene 8 años. Y nos divertimos mucho también. Aunque ese si tuvo cosas duras, sobretodo subir una maya, a la que estuve a punto de rendirme si no fuera porque Susana ya estaba arriba.
Y eso fue, regresamos a la casa para comer y dormir, después de un día madrugado en Francia, y terminado con semejante ejercicio en Alemania.

Tuesday, September 27, 2011

El Gran Ducado de Luxemburgo PLUS Harry Potter

Vitral de Luxemburgo en la Gare
Nuestro ultimo día en Metz tenía un compromiso importante desde el primer día: ir a Luxemburgo!  Esto porque Maria desde mucho antes nos venía diciendo que era un lugar divino, y no muy lejos de Metz, de hecho era más cerca que Strasburgo, y lo otro, y desde luego razón suficiente para ir, era que el 13 de Julio se había estrenado Harry Potter 7 II y nos moríamos por verlo lo más pronto posible.
Lo más bonito de Lux y la bandera
Además sabíamos que no se volvería a presentar la oportunidad así. Luxemburgo le salía perfecto a Harry, porque en Francia, y también en España, doblan todas las películas, y obviamente por más francófilo que sea uno, ver a Emma Watson, Rupert Grint y Daniel Radcliffe hablando francés como que no pega. Y “el Gran Ducado de Luxemburgo es un pequeño país” valga la contradicción plasmada en wikipedia, un pequeño país aparte de Francia, y ahí las películas no se doblan, se transmiten en idioma original subtituladas en francés Y luxemburgués! El luxemburgués es una especia de mescla de alemán y francés… como eso? Vaya usted a saber, pero asi es.
Despues de un viaje intergalactico
Maria además hizo ese mismo plan para la primera parte de Harry Potter 7, entonces quedaba preciso. Nos fuimos temprano en tren a Luxemburgo ciudad, la capital del gran paisito, y compramos tiquetes ida y vuelta porque si lo compras asi, para el mismo dia, prácticamente te regalan un tramo. El tren a Lux se demoraba un poco menos de una hora. Maria nos contó que como el nivel de vida allí es más alto, muchos franceses trabajan allí y viven en Francia, que en últimas termina siendo mejor.
Lux es lo máximo…. A ver si se lo logro describir: yo no se porqué, tiene como dos pisos, es como un castillo con un foso  pero en vez de castillo tiene parte de la ciudad arriba, y en vez de agua, el “foso” tiene la parte de abajo de la ciudad. Y eso hace con que sea hermoso! Hay unos puentes con arcos divinos y enormes que cruzan esa parte baja, que tiene muchos árboles y partes verdes. Claro está que porque era verano, para Maria era como llegar a otro lugar muy distinto al que estuvo en noviembre, porque no la había tocado semejante exuberancia verde. Pero en cambio le habían tocado buena parte de las mangas que vimos, en la falda de esa parte baja cubiertas de nievecita blanquita. La parte baja y la parte alta están conectadas por ascensores, y vías faldudas.
una manga para rodar!!!
Ver lo de abajo desde arriba es como asomarse a un pesebrito, viendo las casitas, las torrecitas de las iglesias, las quebradas y las personas pequeñitas por allá. Además tiene parte que parecen de mentiras, es una ciudad muy bien cuidada. Estuvimos paseándonos por ahí, viendo la casa ducal, iglesias varias, plazas, luego almorzamos en una cosa mexicana, que tenía un menú baratico, y seguimos caminando otro rato, bajamos al parque de abajo, volvimos a subir, para ya dirigirnos de nuevo al centro a tomar el bus que nos llevaba al centro comercial donde íbamos a ver Harry Potter, por ahí a las 4 de la tarde.
Mientras caminábamos por ahí, Maria nos enseño unas caniones en italiano y nosotras una canción en portugués, las dos eran sobre flores que se enamoran, y se nos pegaron las cancioncitas:

un pesebrito





"Lo sai che i papaveri son alti, alti, alti,“      "O cravo brigou com a rosa
e tu sei piccolina, e tu sei piccolina,                 debaixo de uma sacada
lo sai che i papaveri son alti, alti, alti,               o cravo saiu ferido
sei nata paperina, che cosa ci vuoi far..."          e a rosa despedaҫada”

Momento Kodak

En Lux, estaba haciendo menos frio que en Metz, y de hecho hizo un día hermoso, pero no tanto como calor. En el centro comercial, esperando la película jugamos guitar hero un rato. Y por fin! Harry Potter!!! A mí me alcanzó a emocionar la película. Creo que fue un buen final, aunque no me gusto la actuación de la última escena, y la exageración de efectos especiales que sobraron un poco. Además sali medio confundida porque entre ingles, francés y luxemburgés terminé quedando con la duda de que si en alguna parte habían dado a entender que el verdadero padre de Harry era Snape, pero no…. lo único que hice fue hacer reir a Susana y a Maria con mi ocurrencia.
Maria al borde del precipicio
Salimos con la sensación de estar en Hogwarts… y mientras nos recuperábamos, tomamos el bus de regreso. Y resultó que el tipo solo me vendió un tiquete en vez de 3! Nos bajamos  al principio de la parte moderna de Lux, a ver un lugar que nos había faltado entes de la película, una especie de castillo o fortaleza, o sus ruinas, que ha sido complementado con una parte súper moderna y es el museo de arte moderno. Muy chévere. Además hay hoteles  centros de convenciones. Muy bonito el sitio, parece una de esas propagandas inmobiliarias, la gente caminando, los arbolitos, el edificio bonito. Aunque gente no había mucha… solo nosotras. Por eso nos dimos el lujo de montarnos en los muros y molestar un rato por ahí.
De ahí emprendimos el regreso a la Gare, y volvimos a tomar el bus. Mi tiquete aun valía, porque sirve durante 2 horas, y ahí si pagamos el de las otras dos,  asi que quedamos en paz con el transporte de Luxemburgo.  El tiquete de ellas, tenía el horario exactamente una hora después del mío! Coincidencia. Ese bus era verde y tenía el piso de manga sintética, que porque era amigable con el ambiente. Muy charro. Y asi llegamos a la Gare de Luxemburgo, que como todas las gares, es un edificio lo más de lindo.
Tomo banho de Luaaaaa
Regresamos a Metz, para nuestra última noche de invasión en la residencia de estudiantes de Maria. Nos quedaba una cosa por hacer, montar en bici, entonces llegamos, preparamos nuestro pic nic nocturno, y salimos en la bici de Maria, la de Meli, y la de otro amigo de ellas hacia la ENIM, la universidad donde estudia Maria. Le dimos la vuelta, a toda velocidad, y volvimos a una especie de campo de Golf a nuestro pic nic bajo la luna de media noche, que por cierto, la luna de Metz es enloquecedora. Y como no hay mucha ciudad por Tecnophole, se ven hermosas las estrellas. Comimos, y emprendimos el regreso veloz a la casa, a terminar de empacar para requetemadrugar al día siguiente que teníamos el tren a las 6 de la mañana.