Después de una despedida donde Papá parecia una Mamá de tan nostalgico, y lagrimas inminentes, por fin nos comenzamos el viaje en MDE (Aeropuerto Jose Maria Cordoba, de Rionegro-Medellin), todo muy puntual. El viaje no puedo decir que haya sido excelente, pues gracias a que las sillas de avion que tu propia madre vende, son cada vez más estrechas e incomodas, además tienen complementos tecnológicos, que en mi caso, no funcionaban del todo bien. Bueno, me vi una película bastante rara (en la silla de adelante) que me quería ver en cine. Luego comimos y dormí un par de horas mientras Susana se veía "La Vida es Bella", película que preferiré dejar para verla en DVD algún día.
"Voy en este vuelo transoceanico.... me regalaste tu somnífero, me diste tu oráculo sintético.." Sin somniferos y con pocas horas de sueño llegamos a Madrid. Brasileños no necesitan visas, y eso es una gran ventaja, pero por otro lado cualquier pequeño detalle hace de ti un sospechoso. Obviamente 3 meses en Europa, con pocas reservas de hotel no es algo que haya sonado muy atrayente para el policia español que nos atendió. Y nos mandó a interrogatorio! Hubiéramos tenido más susto, a no ser porque los españoles más lindos que hemos visto hasta ahora han sido los policias! Nos dejaron una media hora más esperando y con un par de preguntas y aclaraciones: " una brasileña viniendo de Colombia?" "ah, tienen bastanetes amigos no!" (con tono de quien no cree que en realidad nos quedemos primordialmente en casas de conocidos o míos, o de Susana, o de mis padres, o, o...). Pero no fue grave, solo teníamos un poco de ansiedad por no poderle avisar a Alicia que nos esperaba. Les caímos bien a los policías en todo caso.
| al frente del museo del Prado |
Alicia es una hermana de la Compañia de Maria que conoci en Belo Horizonte hace dos años. Infelizmente se ha tenido que ir de Madrid, entonces solo la vimos ese rato mientras nos llevo del aeropuerto a una estación de metro cercana al hostel donde nos estamos quedando. Llegamos en todo caso, después de darle un par de vueltas a la cuadra y no encontrar el hostel.
| La callesita simpática donde vivieron Lope y Cervantes |
Volvimos al hostel por un camino distinto, y sin quererlo, nos encontramos la casa de Lope de Vega y a dos cuadras la de Cervantes. Y aprendimos que cuando hay letras doradas en el piso, indican algo importante que paso en esa calle.
Entramos a una tienda de coreanos, TODAS las tiendas son de coreanos por aquí, compramos yogur y pan. Y eso comimos. Nos acostamos antes de las 10 de la noche, y dormimos profundamente.
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