Tuesday, July 26, 2011

Aire en movimiento

La clave del clima de Londres es el viento.  Definitivamente. El viento hace que las nubes estén en constante, demasiado constante, movimiento. Y por eso en un segundo está haciendo sol y el siguiente está lloviendo. Además el viento es el que produce la sensación de frio terrible. Porque el viento cala a pesar de los muchos busos que se puedan tener encima. Era viernes y salimos de donde Consuelo con la intención de ir a Tower Bridge, otra de las postales londrinas. Cuando llegamos a la estación de metro cercana, al frente había un reloj de sol, con toda la historia del transporte londrino alrededor. En ese momento hacia sol.
No más de 5 minutos después, empezó a llover bastante duro, y yo tenía como 3 busos encima por el frio. Antes que decidiéramos a donde ir para escamparnos,  volvió a hacer sol y pudimos tomar la foto que queríamos. Y nos dirigimos a la Tower Bridge. Cuando íbamos llegando para atravesarla, nuevamente se largó la lluvia, y entre que fuimos y volvimos escampó y volvió a llover como 2 veces! Pero la escampada es escampada con sol y cielo azul. Cuando estábamos al otro lado del puente no veíamos la otra orilla, y mientras atravesábamos de regreso, tomamos una foto como si no lloviera hacía mucho tiempo. Y ese clima es buena parte de lo que es Londres en si.
En el puente nos encontramos a un chinito muy charrito que fue como el 3ro en pedirnos que le tomáramos una foto con el letrero de “Tower Bridge”, y en recompensa se dispuso a tomarnos una foto a las dos, afirmando que Canon, la marca de cámara de Susana era mejor que Nikon, la suya. Volvimos al metro ya para dirigirnos a Liverpool Street, para encontrarnos con Marta,por  que ese día nos íbamos para su casa, pal monte, según ella, porque queda medio alejado de todo, a hora y media en tren de Londres, cerca del mar.
Nos encontramos, compramos los pasajes, el almuerzo y partimos. Hora y media después, llegamos al pueblito más cercano “al monte”, cuyo nombre no me aprendí. El inglés de Inglaterra es mucho más lindo que el de EUA, pero mucho más enredado, porque como que pegan las palabras, había que poner mucha atención para entenderles, y de hablar más bien pocón. Y en especial los nombres de lugares son muy largos, difíciles de recordar.
Hacia la tarde llegamos a la casa de Marta, y ahí estaban Alf (Alfredo Orion) y Polly, los perros, y Tapens, la gata. Nos vimos el programa preferido de Marta, Deal or not Deal y llegó Caroline, su compañera. Comimos Fish and Chips, la comida típica de Inglaterra, que es bien sencilla. Al contrario de los franceses, los londrinos no son para nada gourmets. Pero el fish and chips estaba delicioso. Y para la cama.
 Al otro día, sábado, dormimos hasta tarde, lo más de rico. Y después de desayunar nos fuimos a conocer la playa con Marta al volante. Caminamos por la playa de piedras, y de mar helado. La playa es una cosa muy distinta a las playas a las que estamos acostumbradas. Si llega haber un dia de calor, debe ser rico poder chapucear un ratico. Ese día hacia un poco menos de frio, pero el viento no invitaba a ningún tipo de playa. Seguimos más bien con nuestros busitos. Por otro lado en las demás estaciones, y en especial en el invierno la playa debe casi que espantar. A nosotras se nos hizo muy parecida a la playa donde les cuentan a los hermanitos Baudelaire que se quedaron huérfanos, el principio de las Desventuras en Serie, de Lemony Sniket, que si no quieren leer una historia sin final feliz, es mejor que nunca toquen un libro de esos.
Al lado de la playa están las  casitas de la gente que va a pasear a la playa, por el viento son casitas muy bien cerraditas, pintaditas de colores, aunque no muy vivos, y con numero para que se puedan encontrar. Ahí van las familias, en verano, a pasar el día y a hacer barbecues. Nosotros fuimos entonces a almorzar papas rellenas. Unas papas con sabor raro, pero muy rico igual, y abrió un poco el día, nos pudimos hasta quitar los sacos. Y luego nos fuimos a meter en esas  pelotas transparentes que aparecen en propagandas de zucaritas, o en películas…. en un laguito por allí. Es bien divertido, aunque en el agua es muy difícil mantener el equilibrio y estar parado. Marta gozó con nuestros intentos, y Susana fue mucho más hábil en hacerlo. Dentro de la pelota, hace mucho calor, porque no ventea.
Fuimos al supermercado y llegamos a la casa justo a tiempo antes que empezara a llover. Por eso no pudimos pasear a los perros con Caroline que era la idea inicial. Comimos súper bien y terminamos el día.
Al otro día, domingo, desayunamos un súper desayuno-almuerzo que nos hizo Caroline, con de todo. Y luego fuimos al campo de trigo al frente de la casa. Lo que inevitablemente me recuerda el principito:

Y además, ¡mira! ¿Ves, allá, los campos de trigo? Yo no como pan. Para mí el trigo es inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada. ¡Es bien triste! Pero tú tienes cabellos color de oro. Cuando me hayas domesticado, ¡será maravilloso! El trigo dorado será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo...






Susana anda encantada con los campos de trigo. Nos equivocamos de camino y no vimos el mar desde arriba de la colina, pero fue un bello paseo rodeado de mariquitas.
Fue muy bueno estar en “el monte”, descansamos mucho, conocimos lugares simpáticos y nos divertimos y nos reímos mucho con Marta, Caroline, y las mascotas. Nos despedimos en la estación para regresar a Londres. Y muy contentas de haber visitado a la prima en su casa.

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