Saturday, July 30, 2011

Londres ENDS

Sin visitas de Stampy, el espanto que vive en la casa de Marta, regresamos a Londres para encontrarnos con los ignacianos. Nos encontramos a las niñas en las lámparas que tienen forma de hongo, mientras esperábamos que llegara Mauro que lo había dejado el bus. En esas nos sorprendió un niño de no mucho más de 10 años tocando piano  muy bien a todo el frente de la estación. Y la gente anonadada lo miraba. Se ganó un par de aplausos, y nos fuimos a caminar por un barrio entre vintage y undreground. Muy de moda por cierto, donde hay gente de todas partes y de todos tipos. De TODOS tipos. Y cosas para ver miles también. Para estar de acuerdo con el ambiente, yo andaba con una pluma de cisne en la cabeza que me había encontrado en la playa en otro día, para la vergüenza de Susana que se moría de la pena de mí, porque a mí se me olvidaba. Pero se gozó un rato con la tal pluma. Susana se consiguió en una de las tiendecitas unas gafitas con forma de corazón que habrán pertenecido a quien sabe quién, en todo caso, por diez libras, ahora le pertenecen a Susana, que ya andaba medio cansada de las suyas por dificiles que son de cargar, y aunque medio mañecitas le salian un montón! En otra tienda también nos perdimos de Mauro y las Camilas, y ya algo preocupadas, nos dimos cuenta que estaban en el sótano de la tienda.
Entre otras, gente de todas partes es lo que hay en Londres. Encontrar un londrino no es tarea fácil. Y escuchar inglés en las calles no es inmediato. Los términos cosmopolita y diversidad son Londres. Pero por lo contrario, la ciudad es muy plana, las casitas todas iguales, sin mucho color, ni tampoco mucho verde. No es una ciudad desagradable, pero tampoco es del todo graciosa. Muy muy grande. Las nubes que pasan hacen que su fama de gris sea cierta, y se nota su pasado de revolución industrial, tiene ese aire de la película Tiempos Modernos de Charles Chaplin por todos lados. Por eso los sitios más interesantes de Londres es donde está la gente rara. 
Por el lado histórico también es interesante ver como el hecho de ser una isla, y que sus vecinos continentales sean tan distintos en orígenes, legua y cultura, ha marcado las conquistas y las formas de ser de los ingleses y si puede decirse, de Inglaterra. Con Mauro y las Camilas, seguimos paseando hasta por la nochecita, conversamos muy rico de asuntos de la vida, nos reímos un rato, y luego tomamos el rumbo a la casa de Consuelo.
El Lunes 11, último día en Londres queríamos ir a Greenwich. Que alguna vez fue otra ciudad, pero hoy hace parte de Londres. Nos fuimos en barquito, por el rio Thames, que es la arteria de la ciudad. Pasamos por todo lo conocido: Westminster, Big Ben, London Eye, Tate Modern, Tower Bridge, y varios más edificios.
Cuando llegamos a Greenwich teníamos mucha hambre, entonces lo primero que hicimos fue buscar que almorzar, mientras tanto, vimos el Palacio  que hay allí, una de las varias moradas de los reyes, hoy con otros usos. Y nos dimos cuenta que un monumento de un barquito que es súper visitado ahí justamente está en reforma cubierto de andamios, cosa que además, no nos ha sido rara, varias cosas están en obras.
Fuimos por una pizza, en el servicio menos eficiente del mundo, y no la llevamos para comerla en el parque de Greenwich, aprovechando el solecito, y un poquito menos frio que los días anteriores. Después fuimos al observatorio de Greenwich que es donde está la famosa liniecita del meridiano. Y por famosita, la entrada cuesta un montón. Pero hay un museo muy interesante sobre las actividades del observatorio. Por ahí anduvo Newton en sus días. Ahí también están las medidas inglesas.
Para tomarse foto con la línea nos toco hacer qué fila! También hay un laser que alcanza 15 millas, o algo así, en el sentido del meridiano. Y ya luego bajamos al puerto a tomar el barco de regreso. Entramos al Tate Modern a ver otra sala, pero se cerraba a las 6, y no nos dio tiempo de nada. Entonces tomamos otro barco para ir al encuentro nuevamente de los ignacianos. Antes pasamos volando por Covent Garden que Susana se había enamorado de una foto que vimos para vender ahí. El señor ya estaba cerrando la tienda, pero le vendió la foto a Susana. Y ahí sí, una estación más adelante en alguna línea de metro, nos encontramos con ellos. Camila Duitama estaba cumpliendo años! Caminamos otro poco, seguimos conversando, y nos dieron las 9 sentados en un parque por ahí. Nos despedimos hasta la próxima, y cada uno para su casa. Fue muy bacano haber compartido esos días con ellos. Gracias chicos!
 Y asi como los carteles de Harry Potter: ALL IT ENDS. Al otro dia empacar, cosa que ya nos da bastantica pereza, y salir con todo el tiempo del mundo para después de un bus, un tren, metro y caminada, llegar a St Pancras de nuevo. Pero esta vez un tris más londrinas que antes. Y ahora si, teníamos tiempo, y sabíamos que teníamos que entrar media hora antes. Hacia las 3 de la tarde íbamos de regreso a Paris!




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