| Columnas en Park Guell |
En Barcelona hay verdaderamente tanto que ver, que ni 4 dias de verano alcanzan para abarcar la mayoría. Por eso, decidimos nuevamente tomar en bus turístico para pincelar todo un poquito y bajarnos en los sitios que más interés teníamos. Pero antes de eso, pasamos por un supermercado en La Sagrera para comprar bocadillos con jugo baratos, otra sugerencia de Cesar. Después de dos líneas de metro, y una más de tranvía llegamos a lo que fue en el 92 la villa olímpica, y hoy es una parte residencial en potencia, pues antes era la parte industrial de la ciudad. Queda muy bien localizada, no muy lejos del mar. Ahí tomamos la línea verde, la más corta del bus turístico, y aprendimos sobre los edificios modernos de la ciudad; el mejor sin duda es el AgBar, de la empresa de agua, tiene una forma genial. Y se ilumina por la noche reforzando el color de sus vidrieras. Ahí también queda Forum, un centro de convenciones muy bonito, que apenas está siendo terminado de ocupar. Es una parta bastante nueva de la ciudad.
Cuando terminamos este trayecto, esperamos la línea roja delante del que fue el templo ecuménico en las olimpiadas. La línea roja es la más larga, y empieza por el centro, sube por la calle Laietana, que fue una calle construida cuando la ciudad empezó a crecerse extramuros, para conectarla con el puerto, a pesar de haber tenido que tumbar predios entre ellos iglesias. Por esta parte fue donde el dia anterior habíamos estado caminando, asi que era suficiente con oír los datos curiosos que nos entregaba la grabación del Bus.
| Susana y la foto que no puede faltar |
Después de haber subido paseo de Gracia y vuelto a ver las dos joyas de Gaudí, dejamos la línea roja y tomamos la azul que nos llevaba más cerca del Tibidabo, la montaña al oeste de Barcelona. Pasamos por varias otras construcciones modernistas, pero por lugares un poco más tranquilos y residenciales también. Y claro, la infaltable Sagrada Familia, pero no nos bajamos, porque la Sagrada Fanilia tenia dia aparte en nuestra programación. Todo esto dentro de la cuadras del ensanche. La línea azul nos llevaba a un sitio que queríamos mucho ver, otro experimento arquitectónico de Gaudí, el Park Guell. Para eso hay que subir una cuesta desde donde nos deja el bus. El Park Guell iba a ser una urbanización maravillosa, pero no se pudo terminar por falta de presupuesto. Sin embargo, no deja de ser un gran laboratorio de Gaudí. Puentes, columnas, mosaicos de vidrio y baldosín… etc etc. El lugar perfecto para encontrar una mesa y comernos nuestros bocadillos. Y eso hicimos.
Con nuevas energías y con apetito para seguir descubriendo al genio y su villa, subimos un poco más para ver Barcelona desde arriba, y vimos los demás puentes en los que Gaudí fue experimentando. Cada columna, cada piedra, parece estar fríamente calculada para estar en tal lugar, pero además parecen tener vida y moverse lentamente. Gaudí vivió en el Park Guell, fue su único habitante, en una casa planeada por otro arquitecto, pero bastante interesante. Y hay que contar, antes de salir de semejante conjunto, la trágica muerte de Gaudi: Salia de trabajar en la Sagrada Familia, y al cruzar una calle lo arrolló un tranvía. Y lo confundieron con un indigente, y solo un par de días después fue cuando lo reconocieron, y entonces murió en el lecho del hospital público, donde dijo, “mi lugar esta aqui con los pobres”.
El Park Guell es de esos lugares a donde los turistas, uno incluído, van en profusión, y se toman todos la misma fotografía, en este caso en una lagartija que hay en la entrada, es un lugar lleno de gente de todas partes. De donde sale tanta gente?, al volver a bajar a tomar el bus, una fila de una cuadra nos esperaba para poder volver a tomarlo. Paciencia.
Cuando pudimos volvernos a montar, terminamos la línea azul, pasando por el estadio del Barcelona, que es “más que un club”, ese es el lema, pero me explico Cesar después que es asi porque en el estadio del Barca era el único lugar donde se hablaba Catalán en público en época de Franco y los policías no te arrestaban. Asi que realmente tiene mucha importancia para los barceloneses a parte del futbol. Con eso me convenció, en la próxima Champions League seré hincha del Barca. Tambien pasamos por la avenida diagonal, que es aquella que cruza la ciudad, y vimos la universidad de Barcelona, que tiene sus edificios a lado y lado de la avenida.
| Mirá, MIRÓ |
Y por últimos nos volvimos a montar en la línea roja, que nos subía hasta Montjuic, otro monte que está más bien al sur de la ciudad. Ahí fueron los escenarios deportivos de las olimpiadas, y el Montjuic es célebre por eso, por un espectáculo de aguas que hay en una fuente, y por un castillo del que hay una buna vista de Barcelona al cual se accede por cable teleférico. Todo eso lo hicimos desde el bus, en Montjuc lo que no quisimos dejar pasar fue la fundación Miró, donde hay varias obras de este artista, y sus esculturas. Muy interesante. Miró es a primera vista un gusto para los ojos e inspira alegría, pero luego ir leyendo los nombres poéticos de los cuadros y tratar de asociarlos con el momento histórico y personal del artista es verdaderamente disfrutarlo.
Volvimos a tomar la línea roja para terminar en Plaza Catalunya nuevamente, pues como se trataba de la noche de San Juan, muy anunciada en la grabación del bus, nos esperaban en la casa de los padres de César, queridísimos, para la cena. Y fue una delicia, los jamones, olivas y la tortilla, además de vino. Repasamos como se hacen las croquetas de carne, porque mi respuesta fue demasiado simple, carne frita. No, debe mezclarse la carne con los condimentos y huevo y dejarla reposar, para darle la consistencia precisa. Luego formar las bolitas, y recubrirlas con harina, para luego fritarlas. Terminamos con cerezas deliciosas y la infaltable coca de San Juan, que es una especie de pan dulce anisado que por la ley de oferta y demanda andaba costando esta vida y la otra, ya que todos querían Coca de San Juan.
Y emprendimos el regreso a pie hasta la casa. Mientras caminábamos tiramos con Gerard algunas pequeñas bombitas para hacer bulla. En todas las esquinas había niños con papeleticas y pólvora. Y en el cielo en medio de tanto ruido, aparecía de vez en cuando uno que otro juego pirotécnico bonito de ver. Y, como el 31 de diciembre en Montevideo, sin programarlo ni saberlo, nos vimos en medio de una gran festividad y el espectáculo espontaneo de luces en el cielo. Es el tipo de cosas que no se puede preguntar porque pasan, sino que hay que simplemente disfrutarlas, y ademá, siembro una nueva superstición para el 31: si te soorprenden fuegos el 31 de diciembre es porque tendrás fuegos todo el año. (Jejeje). Esta vigilia del 24 de junio además del santo, celebra el dia más largo del año en Europa, asi que en Alicante debían estar quemando las fogueres, mientras Barcelona parecía una olla de crispetas. Llegando a la casa, en la plaza de la iglesia de Cristo Rey, estación La Sagrera, había todo un baile, en plena calle, muy divertido. Seguimos los pasos un momento y después nos dirigimos al apartamento donde terminamos de quemar las papeleticas con Gerard y a dormir.
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